Querida mamá: hoy es tu día

Pasaron muchísimos años desde tu partida, pero cada día estás en un recuerdo, en una anécdota que te vuelve presente.

Ejerciste la docencia durante 40 años, siempre te quejabas del sueldo magro, pero apretabas los dientes y seguiste enseñando sin faltar a tus queridos alumnos y alumnas. A quienes todavía me paran en la calle con los ojos brillantes por la alegría y la educación que a todas las distintas generaciones les trasmitiste.

Es cierto que fueron duros los últimos tiempos, pero fue tan fértil toda tu existencia que así: entera, dulce, comprensiva, aleccionadora y solidaria te recordamos todos.

Hace unos días se le impuso el nombre del Ñato Falabella a una calle de la Ciudad y Pinky, su hijo, realizó un discurso en dicho acto. A los pocos días le dije: lo difícil que debe haber resultado para él hablar de su padre. Y confirmó mis pensamientos de lo difícil que resultó.

Hoy yo siento que de alguna manera tengo que decirte que tus orgullos o sea tus nietas, Manuela y Rosario se han recibido, están trabajando y te pondría muy contenta verlas como son: buenas personas, trabajadoras, solidarias, amigas de sus amigos y siempre presentes ante alguna necesidad.

Del gobierno no tiene mucho sentido hablar, siguen estando los kirchneristas como cuando vos te fuiste. Solamente que ahora la inflación no es de un 10% anual sino del 130% (por ahora), que más del 50% de la población es pobre y que el otro 50% está “mirame y no me toqués” como decías vos en algunos comentarios.

La oposición es una bolsa de gatos, no existen liderazgos genuinos como el del presidente Raúl Alfonsín que dio vida al Congreso Pedagógico –en el cual participaste- y que fue una política correcta de ese momento para la Educación.

No quiero amargarte pero nuestro amigo Tito Almuna partió en plena pandemia junto a más de 130.000 ciudadanos que no tuvieron la vacuna a tiempo como los amigos del poder con el Vacunatorio VIP.

Siempre hijos y entenaos, siempre el sufrimiento para un mismo lado. Quizás hoy vos verías con tu ojo avizor una oligarquía del poder que se caga en todo y que todos los días disfruta del goce sensual del poder sin preocuparse por una actitud más solidaria.

Es una época, como vos me enseñaste, en que sólo queda aferrarse a los afectos (La familia, los amigos y los vecinos). Hemos perdido mucho desde el punto de vista económico, social, educativo y político. El país se encuentra a la deriva, es una sociedad sin premios y castigos. Muchas veces se ampara a los delincuentes y muchas veces son los inocentes los que sufren el castigo injusto.

Vos siempre decías: No hay mal que dure cien años… ni cuerpo que lo resista, en esa parte estamos. Con una sociedad contaminada con la violencia, adoradora de la mediocridad y actuando en contra de sí misma. Una sociedad que empuja para abajo, como si se quisiera ahogar, como si se quisiera suicidar.

Pero no te preocupes, porque las cosas algún día tienen que mejorar.

El año próximo, el 2023 es el año que hay elecciones para presidente, gobernador e intendente y ahí una vez más tendremos que elegir.

Ojalá Dios se diera una vuelta por esta tierra querida y tengamos una posibilidad de elegir entre mejores gentes.

Que no siga siendo cierto lo que dijo alguna vez el presidente uruguayo Jorge Battle los argentinos son una manga de ladrones.

Ojalá las figuras como San Martín, Belgrano y Sarmiento tengan seguidores dentro de nuestra sociedad actual y que aparezcan nuevos dirigentes. Porque entre los políticos actuales, a pesar del desastre general, se pelean por ocupar dichos cargos sin mucho interés por solucionar los problemas que aquejan a nuestra sociedad.

Hoy da miedo salir a la calle por el savalaje, la violencia y la falta de seguridad.

Vos luchaste por otra clase de país, uno con educación, con trabajo y con equidad y con justicia. Hoy todo resulta relativo, el delincuente puede ser protegido y el victimario acusado y sufrir el maltrato de quienes deberían defender la Constitución Nacional y las leyes que hoy parecen una ilusión de la utopía.

La cosa está fulera, como tantas otras veces pero peor, con mayor podredumbre, con mayor hastío. Es una lástima pero quería contarte la verdad. Como siempre lo pediste.

Tengo que despedirme, me gustó contarte y hablarte a la distancia, es una linda forma aunque me faltó tu beso y tú mano de seda para una caricia.

Un beso grande querida vieja, te quiero mucho y sé que cada día que pasa seguís estando junto a mí y seguís pensando que un día Argentina será un país que merezca ser vivido con pasión y con amor. Como vos lo soñaste.