Opinión
Falsas comparaciones
Hace un tiempo que venimos escuchando y leyendo a varios representantes de la política, del conocimiento, algunos intelectuales, muchos desde las buenas intenciones pero generando algunas comparaciones desde mi humilde conocimiento y doctrina, poco útiles para pensar nuestro país. Nos ponen lo ejemplos de Dinamarca, Noruega, Holanda, Suecia, etc. argumentando que Perón por allí no pasó y sin embargo hay justicia social, hay igualdad y todos viven felices y en armonía.
Muy bien, es muy cierto, pero esa es la mirada sesgada del pensamiento europeo, de los argentinos que piensan y argumentan en los términos de la Revolución Francesa. Para ordenar: primero esos pueblos son milenarios, no centenarios como nosotros, hace miles de años que están allí y por ende tienen una identidad nacional muy fuerte. Ahora nadie se pregunta cuál es la explicación de que Noruega, por ejemplo, no tenga 60 millones de habitantes? Siendo un pueblo milenario, ¿o acaso no caben en Noruega? ¿Cuál sería la explicación? ¿Por qué Suecia no son 40 millones de habitantes? ¿Por qué Finlandia no son 35 millones?
La respuesta es muy sencilla, porque esas sociedades armaron un diseño para una determinada cantidad, tienen pensado un estado para esa densidad poblacional, ni uno más ni uno menos y son la expresión concreta del nacionalismo de exclusión.
Entonces, con ese argumento nos dicen, intentando erosionar nuestra conciencia colectiva, que nuestro país es para que habiten unos 700 millones de personas y apenas somos 46 y que además producimos alimentos para alimentar a 400 millones. Si la humanidad sólo comiera soja, esa sería una verdad indiscutida, pero si sólo comieran soja. Por lo tanto es un mito falaz y que confunde y malforma.
Curiosamente, la Sociedad Rural Argentina, a principios del siglo XX -y lo sigue expresando-, tenía la relación de tres vacas por habitante, ya a principios del siglo pasado nuestro país tenía 50 millones de cabezas en stock por lo tanto éramos 15 millones de habitantes, y la verdad histórica es que la SRA nunca quiso tener mucha más población, entonces la primer pregunta que debemos hacernos es: ¿en Noruega gobierna la Sociedad Rural que siempre quisieron ser pocos, muy pocos y estar bien? Nosotros como comunidad ¿aceptaríamos ese país para 15 millones?
Nosotros ¿aceptaríamos ser Dinamarca y sus 3 millones de habitantes? Estos son los cuestionamientos que debemos hacernos y hacer para arribar a ejemplos correctos y categorías de análisis correctas, sino nos quedamos en paradigmas falsos que lo único que logran es vaciar de contenido nuestro ser nacional y nuestra identidad como Suramérica. Estos muchachos del buen pensamiento, esos que tienen respuestas para todo, que nos quieren imponer lógicas de discusión que no nos identifican, que no nos representan, que no nos interpelan ni como argentinos ni como hispanoamericanos; a esos muchachos les pregunto: ¿por qué Alemania nunca quiso conquistar Dinamarca? Les dejo la pregunta como tarea, a ver si consigo alguna respuesta de estos promotores de los ejemplos nórdicos.
No nos equivoquemos con estas comparaciones, cuando aparecen estas recetas es porque hay una clase dirigente que definió esto es lo que acepta este país, ni uno más ni uno menos, como dije anteriormente, y aquí tal vez hubiese sido eso si la SRA decidía el rumbo de la patria, pero seguramente muchos de nosotros no estaríamos ni haciendo ni pensando un país.
Y gracias a Dios por estas tierras pasó Juan Perón y Evita, por lo tanto esta es nuestra identidad y nuestros principios y valores, nuestra doctrina es una doctrina de amor y paz, una doctrina que abraza a los pueblos hermanos, promovemos un nacionalismo de inclusión donde tendemos puentes y no levantamos muros, por todo ello, no tenemos nada que ver con esos países, no nos quieran comparar con esos pueblos donde el inmigrante no es bienvenido.
Hagamos análisis desde nuestra identidad, desde nuestra joven historia y hagamos esa Patria justa, libre y soberana desde nuestras raíces, no necesitamos modelos nórdicos de exclusión.