Enfermedad cardiovascular en la mujer. Una realidad que preocupa. ¿Y crece?

La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte a nivel mundial y Argentina no es ajena a esta realidad, como lo indican las estadísticas vitales publicadas por el Ministerio de Salud. Al igual que el varón, la mujer se ve expuesta a los llamados “factores de riesgo tradicionales” como la hipertensión arterial, la diabetes, la obesidad, el sedentarismo y el tabaquismo, pero la evidencia muestra que operan en ella de un modo diferente y, de acuerdo con los datos de la Cuarta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, estas condiciones se encuentran en franco aumento.

Además, la mujer se ve expuesta a factores de riesgo únicos ligados a la esfera hormonal y edad fértil, como son la hipertensión del embarazo, la diabetes gestacional o el parto prematuro que se asocian a mayor riesgo de padecer enfermedad cardiovascular futura. Existe en la mujer una percepción inadecuada de este riesgo y tiende a desconocerlo o subestimarlo.

La realidad peligrosa del día a día

En un país con escasos recursos económicos y de educación, muchas mujeres pobres o empobrecidas, ejercen las tareas de cuidado de sus hijos bajo un patrón monoparental sin la posibilidad de compartir la tarea con su pareja. En no pocas ocasiones, el cansancio raya el agotamiento y la mujer posterga o anula los espacios de cuidados básicos propios, alimentándose mal y poco con lo que tiene al alcance. Las posibilidades de una alimentación saludable, basada en proteínas, verduras, frutas y comidas elaboradas, son escasas. Estas mujeres, empobrecidas, en ocasiones trabajan en lo que pueden por horas y horas, y muchas veces son el único medio de un magro ingreso económico en su hogar. Recientemente, se ha reconocido que estas condiciones operan como factores de riesgo para enfermedad cardiovascular y que las mujeres expuestas a ellos tienen mayor riesgo de sufrir infarto, accidente cerebrovascular y muerte prematura. Además de la violencia de género que afecta más frecuentemente a la mujer, el bajo nivel socioeconómico y educativo operan también como factores de riesgo cardiovasculares no convencionales y las mujeres expuestas a ellos tienen peores condiciones laborales, maternidad y crianza monoparental con postergación y descuido de la propia salud. No hay tiempo ni acceso para actividades saludables, lúdicas, espacios creativos y de ocio, donde puedan acercarse porque hay que trabajar y no sobra el tiempo ni el dinero.

Llegar a ella, cuidar su salud y prevenir enfermedades cardiovasculares,  un desafío para  el  estado y el sistema de salud

En este contexto, llegar a ellas es realmente un desafío para el sistema de salud y para los médicos que sólo cuentan para paliar la situación con su vocación. Desde el espacio y la labor individual del acto médico no es posible modificar la realidad de estas mujeres. A pesar de esto, muchos grupos de especialistas trabajan a diario individualmente y desde las sociedades científicas para generar espacios de educación, estimular redes de contención entre pares, fomentar hábitos saludables y generar conciencia sobre la necesidad de preservar la salud. Se necesita una acción transversal comenzando en edades tempranas y que diferentes caminos confluyan al mismo sitio: la prevención.  Es iniciar prevención/educación con él aquí y ahora y para el mañana al mismo tiempo.

Actualmente se encuentra en el Senado de la Nación un proyecto de ley para la creación de un día de “concientización” de la enfermedad cardiovascular en la mujer. Este proyecto impulsado por el Área Corazón y Mujer de la Sociedad Argentina de Cardiología está en la comisión de Salud del Senado para destacar esta realidad e iniciar cambios para modificarla.

Lograr su sanción es un elemento muy importante para visibilizar el problema de la Enfermedad Cardiovascular en la Mujer y fortalecer las estrategias de prevención.