La primera mujer trans en realizarse una reasignación sexual en Chivilcoy

Victoria Ocampo es profesional de la salud y docente universitaria, como persona trans decidió acceder a una cirugía de reasignación sexual, la cual llevó adelante el 14 de noviembre del pasado año en el Sanatorio Güemes de CABA, accediendo a través de la cobertura del plan médico obligatorio de su obra social IOMA.

“Es algo personal que me hace muy feliz, lo tenía en mi mente desde muy chica, desde los cinco o seis años en los que creía en la magia y anhelaba poder cerrar los ojos y que al abrirlos tuviera una vagina”, compartió con LA RAZÓN, “con la inocencia de esa edad, fue pasando el tiempo y fuimos conquistando derechos y hoy esto se hizo realidad”.

“Soy una privilegiada dentro del sistema porque tengo trabajo, justo cuando me opero me entregaron un reconocimiento a mis treinta años en el recorrido en la salud pública” reconoce, y recuerda su exclusión a los 10 años de su hogar, “como todas las compañeras, luego fui criada por un sujeto que entre abusos y agresiones, lo único bueno que hizo fue haberme hecho estudiar, pero al terminar mi secundario, esta persona muere y quedó casi en situación de calle, pero tenía una herramienta muy importante en mis manos, que era el título del secundario, algo que no todas las compañeras pueden, la realidad es que tuve otras posibilidades que otras no, es un privilegio”.

“Quería estudiar enfermería, porque mi infancia transcurre dentro del Hospital de Bragado, porque este tipo era enfermero”, recuerda, “vengo a Chivilcoy a estudiar la carrera, hace treinta y dos años atrás y tuve que camuflarme, sin dejar nunca de ser una persona trans, pero para estudiar me exigieron cortarme el pelo, cambiarme la ropa, y así estudio, y afortunadamente, antes de terminar me habian dado trabajo en el hospital”.

Tener trabajo registrado es un privilegio

Así lo define en el contexto de poder acceder a los aportes jubilatorios y a la salud, “algo que no todas las compañeras pueden tener acceso, ahora con el cupo laboral se han ampliado las posibilidades, pero en este sentido hay muchos haters y mucho odio, que los lleva a cuestionar el porqué darle trabajo a una persona trans. Tengamos en cuenta que es una parte de la población que se está muriendo a los 35 años, por la falta de acceso”.

Victoria apunta a la meritocracia, “no hablamos de puestos de privilegio o de jerarquía, simplemente poder ir a limpiar o cualquier oficio, las compañeras en su mayoría no tienen el título secundario, por supuesto que a partir del trabajo, viene de la mano de acceder a la educación y poder progresar, el cupo laboral apunta a aquellas personas trans que no tienen posibilidades”.

Tomar la decisión de operarse

Volviendo al tema de la reasignación sexual, la referente de ATTTA Chivilcoy, (Asociación de Travestis Transexuales y Transgéneros) indica que, “lo primero de todo fue pensar en el dinero, es una operación muy costosa, de aproximadamente unos 400.000$, pero afortunadamente a partir de la Ley Nº 26.743 de Identidad Sexual en la Argentina, en uno de sus artículos contempla las cirugías dentro del plan médico obligatorio con una cobertura del 100%” y agrega que fue un proceso de larga data, “para que se cumpla y todavía falta mucho, hay que sortear los obstáculos de la burocracia del sistema, porque lo primero que escuchas es un no, luego hay que batallar. En mi caso, abro un precedente en Chivilcoy con mi obra social (IOMA) para todas las compañeras que así lo requieran”.

“Fueron meses de gestión, pero pensé que tendría que luchar mucho más, es decir recurrir a un abogado con algún recurso de amparo, pero no lo necesité. Inicié el trámite en pandemia con un médico de Mar del Plata, pero esa cirugía quedó en la nada, pendiente para auditar. En mi caso quería que me opere el Dr. Javier Belinski, quien finalmente es quien me opera, comenzando los trámites en enero en la obra social, y el 14 de noviembre me llegó el turno para la cirugía en el Sanatorio Güemes, un equipo excelente, una semana internada, una cirugía extremadamente larga, ya que entré a las siete de la mañana al quirófano y salí a las siete y media de la tarde. Me dieron el alta y salí de la internación de tacos y me tomé un café con leche con medialunas, ahora con controles que han salido bien, por lo que estoy muy feliz, esto es la culminación de mi transición”.

No toda persona trans necesita operarse

En este punto, Victoria abre un paréntesis, “eso es muy personal e independiente a cada persona, conforme a sus deseos. Para ser una mujer transexual no es necesario realizarse una operación de reasignación de sexo, en mi caso fue un deseo de toda la vida, una materia pendiente que tenía. Particularmente, ya llegué a lo que quería, es otro logro personal que no transité sola, sino junto a un marido que vale oro, Maximiliano, que me acompañó en todo momento y no se movió del Sanatorio, también nuestros amigos y profesionales Mariano Lozza y Cecilia Marzoa, que estuvieron en todo momento, sin ellos que vinieron hace diez años atrás con el proyecto del consultorio de la diversidad, no sería quien soy, el consultorio me permitió sacar la voz, empoderarme”.

Reconocerse

“Soy quien soy gracias a mi recorrido, pero esto es el broche de oro, hoy me miro en el espejo y reconozco mi cuerpo”, sintetiza, “no se trata de operarse y ya está, hay todo un proceso por delante, una cuestión más íntima. Estoy a disposición de las compañeras que lean la nota y quieran saber más, que me contacten por redes sociales, me pongo a disposición, soy la primera mujer trans con reasignación sexual en Chivilcoy, pero soy la primera de muchas porque después de esto, esperamos que las compañeras que quieran acceder, tomen la decisión”.