Jonathan Morel en Chivilcoy: "No me oculto, ni soy violento, digo lo que pienso”
Con 23 años, se encuentra radicado transitoriamente en Chivilcoy desde noviembre, trabajó como camarero en dos confiterías céntricas. En diálogo exclusivo con LA RAZÓN, no se guarda nada en relación a su repudio hacia Cristina Fernández de Kirchner y apunta, “no estoy detenido y no estoy en la causa de intento de magnicidio porque no tengo nada que ver, por más que les duela”.“Llegué a Chivilcoy en noviembre, después de haber estado detenido en Ezeiza por el Juez Martínez Giorgis, vine a lo de mi abuela, quien me pidió que me quedara, y eso me resultó la manera más fácil de tomar distancia de Buenos Aires, además de aprovechar a estar con mi abuela, quien vive acá desde hace ya cuatro años.
Trabajo desde los nueve años, siempre trabajé, así que apenas llegué, imprimí curriculum y al otro día salí a tirarlos por el centro, todo esto teniendo la carpintería funcionando en Buenos Aires todavía, la verdad es que no hay ningún impedimento, pero fue un lugar que fue allanado y hablé con mi socio en su momento, y para no entorpecer decidí dar un paso al costado.
Lo que más me gusta es el contacto con la gente, así que mi primer trabajo acá fue en Ambrosía, el restó bar del Club La Pampa, ahí me reconoció un cliente, y yo en ese momento no les había contado a los dueños, por lo que hablamos y entiendo, porque soy comerciante, trabajé una semana y me fuí en muy buenos términos. Luego de un par de semanas, comencé a trabajar en Handicap, la cafetería del Club Social, en esa oportunidad, dije quien era en la entrevista, que existía el riesgo de que me reconocieran y me dijeron que mientras lo mantenga aparte del laburo estaba bien. A ver, cuando estás tratando de insertarte, que a mí es algo que me suena feo, porque no me siento un delincuente, porque si no fuera por esto no me echarían de ningún lado porque cumplo con mi trabajo”.
“No me oculto, ni soy violento, digo lo que pienso”
“La realidad es que del diario ya me habían contactado para hacer una entrevista, pero la verdad que para no interferir con mi trabajo, decidí no hacerlo, porque no quería exponer a nadie, yo me hago cargo de mis pensamientos y de mis actos, de hecho, por ejemplo, con mi abuela no coincidimos políticamente, pero la realidad es que me reconocieron varios clientes, y no me escondo, si me preguntan si soy el de la antorcha, digo que sí, porque no me oculto, nunca fui violento cuando me reconocieron, ¿como voy a hacerlo con un laburante? El está ahí, cenando con su familia y yo estoy trabajando.
Mi enojo con los políticos es otra cosa, yo no estoy enojado con los militantes kirchneristas, sino con un político al que no le importa que estés cagado de hambre, que labures doce horas, a Cristina Fernandez de Kirchner no le importa la vida de ningún militante, y ellos se desviven por “la jefa”, me parece una barbaridad, pero lo respeto. El que me reconoce es el consumidor de C5N o de la Televisión Pública, no me reconoce el que está laburando todo el día, solamente me reconocen los kirchneristas.
No he tenido respuestas malas, todas buenas ondas, pero ves, ahí están los kirchneristas, primero todo bien y después todo mal, porque van y se quejan en mi trabajo o lo publican en Facebook. Te pintan buena onda y luego están organizando para escracharme, las cosas de frente, si vos no queres que te atienda, se resuelve”.
Apología del delito
“El problema de todo esto es terminar como yo, con un juez que te quiere meter en cana y una vicepresidenta que te escracha con calumnias por todos lados y demás.
Actualmente estoy procesado por apología del delito, no hay ninguna prueba, ni lo va a ver nunca de que haya estado vinculado con la banda de Los Copitos, porque estaría preso si hubiera pruebas, no estoy detenido y no estoy en la causa de intento de magnicidio porque no tengo nada que ver, por más que les duela.
Yo lo que sí tengo, es una postura en la que no me banco a Cristina, la detesto, me parece nefasta, y agradezco que cada día esté más senil y delirante, porque es señal de que se termina una etapa. Muestra su delirio y su desquicio, cada día más esquizofrénica, ahora la realidad es que la Justicia necesita pruebas, la vicepresidenta en su tuit se pregunta ¿Qué más necesitan Bruglia, Bertuzzi y Llorens para detenerlos, que me maten? No señora, necesitan pruebas no un relato kirchnerista de usted y del estúpido de su hijo. No lo van a poder comprobar porque no hay pruebas.
Yo pensé y lo dije, veía una mina que la odia la mitad de la población y que caminaba sola por la calle, infiltrarse cantando la marcha peronista con los nenes de La Cámpora, para pasar a la historia diciéndole “Cristina hija de puta, corrupta, condenada y chorra”, ahora bien, la realidad es que nunca estuve ahí, solamente cuando fui a lo de Luciani, que fui más tarde porque hubo un inconveniente y fui. Cuatro inoperantes contra cincuenta custodios que nos salen carísimo a todos los argentinos, para una mujer que ya está condenada por ser la corrupta más grande de la Argentina, así que señores cuidenla, como así yo también me tengo que cuidar, de hecho que no esté trabajando es para cuidarme a mí, en una decisión de un impasse por unos días, se trata de tomar recaudos”.
Revolución Federal
Hice un trabajo para Caputo Hermanos, de mucha guita, me puse contento porque pensé que podía pensar en mudarme o comprarme una moto, pero al hacer los números y descontar todo, no quedaba nada, entonces pensé ¿cómo se sale adelante en este país? porque no soy un terrateniente, no vengo de una familia adinerada, tengo la realidad de casi todos los argentinos, no soy un privilegiado, pero me di cuenta que ni siquiera poniendo todo te salvas. Es imposible progresar, porque a los políticos que tenemos, les chupa un huevo los jóvenes y los jubilados, entonces ahí empecé a hacer algo, con un discurso antipolítico, tuve una primera reunión con algunos chicos que militaban para Milei, pero no era por ahí, era una pérdida de tiempo, y lo que propuse es expresar el descontento que tenemos, es salir a la calle, a la Casa Rosada y decirle a Alberto Fernández que su gobierno es una mierda. Ahí me escuchó Leo (Leonardo Sosa) y comenzamos a trabajar en equipo, a organizarnos para manifestarnos, algo que no tiene nada de malo, era por ahí el camino, era la gente diciendo todos los días lo que piensa, no era un relato, y eso es algo muy argentino.
A partir del intento de atentado todo comenzó a exagerarse, y entendimos que el clima social se había roto, la gente volvió a tener miedo. Yo repudio que un pibe que en vez de estar estudiando se esté falopeando en una plaza, y repudio también que un grupo de argentinos estén haciendo un plan para asesinar a nadie, repudio todo lo que esté mal, pero no porque sea Cristina, hay cosas que están mal en nuestro país y que no deberían pasarle a nadie.
Había libertarios, macristas, de Larreta, de Bullrich, había radicales, peronistas e incluso kirchneristas.
Si no me dejan laburar volveré a quejarme, volveré a manifestarme en la calle por el bien de todos los argentinos”.
¿Volvés a la política?
“Es algo que estaba intentando no hacer, porque perdí mucho. Con mi socio abrimos la carpintería en julio del 2021, y nos rompimos de lunes a lunes, empezamos en un garaje de 2,5 x 6 y nos endeudamos hasta arriba. Y yo lo arriesgué todo por putear a Cristina Kirchner. ¿Por qué en la Argentina putear a un político y decirle que su gestión es pésima, significa perderlo todo? ¿Por qué tuve que perderlo todo para manifestarme en contra de un gobierno?. No se está poniendo el foco a esto, lo que nos pasó a nosotros no le interesó a nadie, solamente los medios kirchneristas que nos difamaron sin parar.
La gente quiere hacer catarsis y decir lo que le pasa, pero los espacios no están. A los medios tampoco le interesa realmente, lo que prima es que el peronismo o kirchnerismo que tenemos ahora, termine el mandato, cuando si hubiera habido un presidente radical o del PRO o de Juntos, esto ya se hubiera terminado y lo sabemos todos. Yo no soy macrista, no lo conozco a Macri ni me interesa, pero salieron a tirar piedras con un dólar a 30$ y hoy está a $360 y ¿que hacemos?, nada.
Esto va a explotar y nadie se quiere hacer cargo del peso social de decir lo que está mal en la Argentina, no está la decisión política para que esto pase”, cerró.