50 años no es nada
“Cuando tuve COVID y me sentí mal, pedí que me traigan a Chivilcoy”
El doctor Jorge Palmieri cumplió medio siglo con la profesión y fue reconocido por el Círculo Médico Chivilcoy. El facultativo recordó que hace un año estuvo muy grave por el coronavirus y pidió su traslado a su ciudad, “quería morir en Chivilcoy, la mejor ciudad del mundo”
La familia Palmieri tuvo una noche especial el último viernes en el Círculo Médico, en ocasión del reconocimiento que institución les realizó a los médicos al cumplirse 25 y 50 años desde sus egresos.
La vida quiso que en la misma reunión se entregue medalla de plata a Fernando hijo y de oro a Jorge padre, por los 25 y 50 años desde el punto inicial de las carreras con la medicina de ambos.
LA RAZON dialogó con Jorge Francisco Palmieri, uno de los médicos más conocidos de la ciudad, con mucha actividad social, en particular con el Club Gimnasia y Esgrima, al punto que el Estadio Centro lleva su nombre, un reconocimiento en vivo que muy pocos dirigentes deportivos pueden lograr.
Pero el viernes la distinción fue por su trayectoria y allí, en su mensaje, Palmieri recordó el tango que dice “20 años no es nada, bueno 50 años es menos”, y así comenzó la charla: “Cincuenta años no es nada, se han pasado volando. Tengo muchas ganas, quiero seguir en lo que estoy, me gusta, para mí 50 años no es nada.
Estuve a bordo de la muerte con el COVID, pegó en el palo, y en lugar de ir a la red se fue para afuera, ya pasó, Dios me ayudó y estamos con más ganas todavía.
-¿Qué pasó por su mente en el trayecto de su casa al Círculo Médico para recibir esta medalla?
-Todos, mis viejos, mi pasado, la universidad, mi pasado, es un sueño. Yo me recibí el mismo día que los doctores Salvador Puzzo y Horacio Galante que no está esta noche porque está inscripto un año después. Nos recibimos el mismo día los 3 juntos.
Cinco días antes había nacido mi hijo Fernando, Yo estaba rindiendo examen sobre medicina legal, la puerta abierta y estaba conmigo Salvador, que todo el mundo sabe como es y grita desde afuera “el doctor fue papá hace 5 días”, el profesor me miró, me preguntó si era verdad que era papá, y me dijo “bueno usted se recibió, tiene 10”. Mirá que anécdota y Salvador no cambió en nada.
-¿Le fue difícil la carrera?
- Fui a La Plata a estudiar, y estudié, me recibí en tiempo y en forma. No tuve que trabajar y aquí quiero hacer un especial reconocimiento a la Casa de Chivilcoy en La Plata, donde viví toda la carrera en ese lugar, del primero al último día.
Mis padres eran de clase media para abajo, de profesión sastre; se le hacía muy difícil y a mí me dolía mucho pedirles dinero. Gracias a ellos y a la Casa de Chivilcoy no fue necesario que trabaje, estuve para estudiar y terminé la carrera en tiempo y forma. Me tentaron otras cosas, pero no.
-¿Orgulloso de que el hijo siga la carrera?
-Por supuesto muy orgulloso por lo que ha hecho Fernando, y si bien el nieto mayor será abogado si Dios quiere, uno de los nietos, quien me entregó la medall,a me parece que será el futuro médico, la tercera generación de los Palmieri, para aguantarnos a los Palmieri médicos por 150 años, quedaremos en la historia.
-¿Qué saldo hace de este medio siglo?
-Un agradecido de la vida. Estoy contento, trabajando, trato a los pacientes, a la gente como quiero que me traten a mí, por eso llego de la manera que llego a los demás. Estoy cómodo y lo volvería a hacer exactamente como ha ocurrido, lo mismo que hice toda la vida, me gustaría hacerlo ahora.
Lo único que me quedó pendiente es no haber aprendido a tocar un instrumento musical, me hubiese gustado, mi esposa toca el piano y lamento no haber aprendido a tocar la guitarra, el piano, no lo intenté y ya pasó, hay edades para todo.
-Recién Salvador Puzzo decía que hay médicos retirados que se aburren, no es su caso.
-En absoluto. No me alcanzan las horas del día, no me aburro un minuto. Yo soy chivilcoyano de alma y el año pasado, cuando estuve muy jodido por el COVID, les pedí que me traigan a morirme en Chivilcoy. Lo sentí y les dije que me quería morir acá, porque Chivilcoy es lo mejor del mundo, soy el chivilcoyano número 1.