SECOVID, un grupo de atención ambulatoria

Desde los primeros casos descriptos en Wuhan, China en diciembre del 2019, la enfermedad COVID-19 (coronavirus disease-2019) sigue desafiando al mundo en crear estrategias para su contención, entendimiento y abordaje.

El SARS-CoV-2, causante de esta enfermedad, es un virus de la familia Coronaviridae con una gran contagiosidad en un contexto de susceptibilidad casi universal y con presentaciones clínicas heterogéneas, aunque predominan los síntomas respiratorios. Se sabe que la mayoría de los pacientes presentan manifestaciones leves (81 %), pero en otros casos pueden llegar a ser graves (14 %) e incluso críticas (5 %), con una letalidad en estos casos del 50 %. En numerosas ocasiones el agravamiento de la enfermedad se produce de manera abrupta y los pacientes más susceptibles al desarrollo de complicaciones y muerte son los de edad avanzada, pero sobre todo aquellos que presentan enfermedades previas asociadas que los predisponen a las complicaciones más serias.

Se trata de una enfermedad nueva, para la que la evidencia disponible relevante crece día a día, pero es muy cambiante y nos exige una actualización permanente. A pesar de la gran destreza y dedicación de atención primaria en la contención de la enfermedad, grupos de pacientes de riesgo nos desafían a elaborar nuevas estrategias. Por esto, con la iniciativa de la Dra. María Inés Tamborenea y con la convicción que sólo con el esfuerzo mancomunado se pueden enfrentar los desafíos del COVID 19, conformamos un grupo de trabajo con la Dra. María Inés Tamborenea (especialista en endocrinología), el Dr. Ignacio Ledesma (especialista en hematología), el Dr. Guillermo González (especialista en cardiología) y el Dr. Julio Herscovich (especialista en neumonología y clínica médica) un grupo de atención para el seguimiento y control de los pacientes con COVID hasta su alta o su internación.

“Nuestro objetivo fue elaborar un protocolo, partiendo de referencias inglesas y españolas, de solicitud de exámenes complementarios y tratamiento, en base a la mejor evidencia disponible actualmente, no pretendiendo reemplazar al servicio 107 ni al médico de cabecera, sino brindar apoyo y plan de tratamiento para las etapas tempranas de la enfermedad”, dice María Inés Tamborenea.

El Dr. Ledesma, por su parte, explica: “Tal vez uno de los primeros hallazgos ante la emergencia del Covid 19 fue el cuadro inflamatorio generalizado que se desataba en los pacientes. Con el correr de los meses se evidenció una preocupante incidencia de fenómenos tromboembólicos (Trombosis pulmonar, ACV, Infarto de miocardio) asociados al daño del endotelio (capa interna de los vasos)”.

“Hoy, no hay dudas sobre la indicación de anticoagulantes para evitar trombosis o embolias en pacientes internados (en Chivilcoy todos lo reciben) pero surgen interrogantes con respecto al paciente ambulatorio que tienen marcadores elevados de inflamación o factores de riesgo como trombofilia, diabetes, obesidad o enfermedades oncológicas”.

“El desafío es evaluar cada paciente al momento del diagnóstico para decidir si puede beneficiarse de una instauración precoz de profilaxis antitrombótica”, concluye Ledesma.           

Creemos que dejar toda la responsabilidad en los equipos de salud del estado, no alcanza. Como parte integrante de esta sociedad relacionados al desarrollo asistencial y científico estamos dedicados desde el inicio de la pandemia a la contención de nuestros pacientes, pero cuando nos congregamos con un mismo objetivo es que la tarea se enriquece y potencia. El intercambiar información científica, experiencias, preocupaciones nos da más fuerzas para seguir en un contexto, como todos sabemos, muy adverso, tanto por las características de la enfermedad como por los recursos que disponemos. La idea es poder convocar a más profesionales para esta tarea y brindar apoyo a los grupos que ya funcionan y en forma excepcional, pero que, inevitablemente, por las características de los problemas que se presentan, no siempre son suficientes.