“Las únicas ‘buenas prácticas’ son la no utilización de venenos”

En el Instituto Superior de Formación Docente N° 6, que funciona en la Escuela Comercial, se desarrolló la charla sobre escuelas fumigadas, a cargo de integrantes de la Red Federal de Docentes por la Vida y con la organización del Foro Ambiental de Chivilcoy.

Coordinaron la charla, Miriam Coronel, profesora de Lengua y Literatura y Daniela Dubois, licenciada en Ciencias Políticas.

En una entrevista para LA RAZÓN, Dubois señaló que “las escuelas rurales con campos aledaños sufren la continua fumigación y no sólo en horario escolar. Esto plaguicidas y  herbicidas afectan a la salud de las comunidades educativas. A partir de hace unos años muchas personas empezaron a manifestar síntoma, llegaron las denuncias y se fue tomando más conciencia que esta realidad hay que cambiarla, hay otro modelo que es la agroecología, para producir alimentos de otra manera que no afecte la salud”.

En tanto, Coronel manifestó que, en pueblos como Chivilcoy, “hay poderes económicos que sostienen las principales familias de cada territorio y esto se replica. El viejo modelo agrícola, mucho más sano, se ha transformado, por la siembra directa intensiva, donde el principal perjudicado es la tierra, porque el suelo queda degradado, sin nutrientes y las ganancias se la llevan estas grandes familias que gobiernan a los pequeños propietarios”.

La docente enfatizó que esto configura “un problema económico, pero también social” ya que “usan poca mano de obra y se degrada el suelo de toda la comunidad”.

Agregó que estos grandes grupos económicos “auspician universidades, investigaciones e investigadores. De hecho, en Chivilcoy, hace poco hubo una capacitación donde se intentaba decir ‘no pasa nada’, ‘esto es inocuo’, ‘es inofensivo’. De la mano de algunos funcionarios, defienden una paz social que no es real, porque cuando uno tiene un hijo con leucemia, la paz social y la negación el conflicto no sirve para nada”.

Coronel puntualizó que “esto se disfraza como ‘buenas prácticas’ de utilización de agroquímicos y como único modelo posible, es decir, que no hay otra forma de producir alimentos sino es a través de esa metodología” y añadió la importancia de la agroecología, “que ha demostrado, en el territorio nacional, algo de 650 mil hectáreas que se cultivan sin venenos y además hay un mercado nacional e internacional para eso”.

Normativas

Dubois señaló que, en la provincia de Buenos Aires, existe una ley del año 89, cuyo decreto reglamentario es del año 91, sobre estas prácticas. “Ha quedado muy añejo porque la soja transgénica ‘Roundup ready’ se libera comercialmente en el año 96. Desde ese entonces, el uso de agrotóxicos aumentó un 425 por ciento en once años”.

“Si aumentó el uso de agrotóxicos y se expandió la superficie cultivable, la legislación tiene que cambiar, porque es un peligro para toda la población” e hizo referencia a la Ley General del Ambiente, que señala que ‘desde cada derecho que se le da a la población, hay que ir avanzando, está prohibido ir en retroceso’. Aquella Ley del año 89, en su decreto, se habla de 2 kilómetros de distancia entre la población habitada y el área de fumigación”.

“En muchos municipios se avanzó en la legislación, algunos prohíben totalmente el uso de agrotóxicos, hay cerca de once ordenanzas que prohíben la fumigación aérea y luego hay muchos normativas que dan amplios metros para la fumigación terrestre, en escuelas o viviendas rurales”.

La licenciada en Ciencias Políticas enfatizó que “no se trata de negacionismo, no se prohíbe la producción y la empresa, sino que se busca que se produzca de una manera saludable, la única buena práctica que hay es la no utilización de venenos”, afirmó.