Publicación pedida
Puro Cinismo
Las políticas implementadas por la alianza cambiemos, matan.
Santiago Maldonado, muerto durante una acción represiva de gendarmería.
Facundo, 11 años, muerto por un disparo en la nuca efectuado por la policía tucumana.
Rafael Nahuel, asesinado de un tiro en la espalda en un enfrentamiento con gendarmería, singular “enfrentamiento” aquel en el que se recibe un tiro en la espalda.
Sandra y Rubén, vicedirectora y portero de la escuela de Moreno en la que hubo una explosión por una pérdida de gas, hubo varias denuncias sobre la precaria situación de la escuela, pero fueron desoídas por los responsables de llevar soluciones.
Valentino, 5 años, electrodependiente, murió cuando la empresa prestadora le cortó la electricidad por una deuda que su madre no podía pagar.
Y el más reciente, Ismael Ramírez, 13 años, muerto de un disparo en el tórax durante un intento de saqueo a un supermercado en la provincia del Chaco.
¿Cuántos muertos más serán necesarios para que la sociedad reaccione? Durante la crisis del 2001, mientras gobernaba De la Rua, fueron más de 30. ¿Será esa la cantidad necesaria? ¿O será que la clase media argentina sólo reacciona cuando está en peligro su dinero y no la vida de un compatriota?
La principal aliada de este gobierno dijo que a ella le divierte la crisis porque le genera adrenalina, olvidándose que la crisis lleva a muchas personas a caer en la pobreza. Lo que a ella le divierte, a muchos otros le causa angustia y dolor por no poder llevar un plato de comida a su mesa. Cinismo en estado puro.
Esta señora ganó las elecciones en capital con más del 50 % de los votos, la mayoría de los cuales fueron de la clase media porteña.
Quizá la crisis no sea generada por los políticos.
Tal vez deberíamos hacer una profunda autocrítica, principalmente la clase media argentina y replantearnos cuales son nuestras prioridades. Si nos conformamos con que baje el dólar y no toquen nuestros ahorros, olvidándonos de los muertos o de una vez por todas salimos a “cacerolear” por la vida y la dignidad de todas las personas.
Sebastián Boggan.