Todo tiene su precio
– Una chica bellísima va caminando por la calle, cuando se le acerca un tipo y le dice:
– ¿Te acostarías conmigo por un millón de dólares?
– ¡¿Por un millón de dólares!?
Bueno… este… me toma por sorpresa…
– Pero ¡sí, sí! Me acostaría con usted por un millón de dólares; tendríamos que acordar cómo, dónde, cuándo…
– Pará, pará. Ahora te pregunto: ¿te acostarías conmigo por cien pesos?
– ¡Pero vos estás loco! ¡Qué te pasa!
¿Cien pesos? ¿Quién te creés que soy? ¿Por qué clase de mujer me tomaste?
– Mirá: qué clase de mujer sos ya quedó establecido con la primera pregunta; ahora estamos regateando el precio…