DelOeste Art. y SEP Filial Chivilcoy - Reseñas literarias

Reseña realizada por la escritora Mirian G. Brousse, sobre el libro Océana de la escritora/ poeta María Laura Coppié 
sábado, 6 de agosto de 2022 · 12:59

Reseña realizada por la escritora Mirian G. Brousse, sobre el libro Océana de la escritora/ poeta María Laura Coppié (C.A.B.A.) , el cual se presento el pasado sábado 16 de julio, en las actividades organizadas por DelOeste Art. y Sociedad de Escritores de la Provincia (SEP Filial Chivilcoy)  en los 127° Aniversario de la Biblioteca Popular Dr. Antonio Novaro.

 

Primera Edición Lágrimas de Circe (Mar del Plata – 2021). Poemario dividido en dos partes, ambas reúnen 13 poemas cada una. Los primeros 13 bajo el título: BAJAMAR y los 13 restantes: PLEAMAR. 

Foto de tapa: MAR DEL PLATA PATTERN de Luciana Saccomano: Sillas típicas de la costa ubicadas frente al paisaje marítimo. Imagen muy significativa porque lejos está la Autora de ser una simple espectadora del mar, como dice en la contratapa Felipe Issa: “…no se sienta a mirar el mar, ella es el mar, más aún, ella es Océana, desnuda en el poema.” 

Del prólogo escrito por Marina Toniolo: 

“…ella nos permite entrar en este mar profundo cuando está en calma y encontrarnos con las tormentas de su furia…” “… este infinito que es recorrido desde sus playas, desnudas de par en par (porque ella se desnuda en estas playas, dejando en carne viva la arena) y juntar sus caracoles para volver a tejer con la delicadeza de su corazón, de su expresión hecha poema, eso que los mares nos dejan en el latido de su vaivén. Nos envuelve entre sus olas y nos invita a nadar en cada respiración del poema…” “…el mismo mar, enhebrado en la más luminosa poesía…” 

En una obra literaria no sólo importa lo que se cuenta sino cómo se cuenta, el Estilo, la manera de expresarse. El Estilo de María Laura está prolijamente revelado en este conjunto de poemas sumergidos en una especial sustancia acuosa. 

Existe una particular corriente de significados difundida por todo el libro, cuyo hilo conductor es el Amor fusionado con la naturaleza, cielo, gaviotas, peces y pescadores, playa y ella misma como mar y con el mar como su elegido Amante: “… Lloro frente a él, como si de confesarse se tratara. Lloro como si para siempre pero no, ya vuelvo. Ya vuelvo a engendrar tu espuma en mi piel, a nadarte hombre en su alumbramiento…”(Pág. 20)  

Abandona el ropaje humano y sus limitaciones para iniciar un recorrido diferente con pies de algas y salitre, con boca y manos de arena. Enfrentada al dilema del Amor y sus desvelos, mezclado con el mar y las tormentas que traen los vientos, junto a la impotencia interna de su propio océano: “… Ahora es mi cuerpo lo oscuro, todas mis células son de agua, toda mi oscuridad es parte del mar-el mar matriz-soy la corriente…” (Pág.42)  

En el mundo subacuático, de peces multicolores, arrecifes, tumba universal, cofre custodio de historias de marineros, pescadores y pasajeros yacentes destinados a no llegar a ningún sitio excepto el fondo del mar, la Autora parece convertirse por momentos en Sirena que acaricia con su cola de pez el herrumbre de navíos olvidados para trepar por las anclas hacia la superficie y ver a las gaviotas apoderarse de todo el azul del cielo como ella del azul profundo del mar. Ella habitante de es mar. 

Sufre cuando se aleja, lo necesita para respirar: “… vos tampoco podés viajar, imposibles kilómetros bajo el peso que cargás en tu pecho de coral. Un frasquito aunque sea para borrar la distancia, la impotencia, un brillo de vidrio que devele el quieto aullido…” (Pág. 25) 

Recrea en su mundo interno una escenografía propia del ambiente marítimo, lo elabora y transforma. Proyecta sobre él sentimientos propios de dos seres que se aman. Un mundo acuático que a su vez tiene una contracara despojada, desnuda, solitaria. 

Cada poema representa en sí mismo una emoción o sentimiento profundo por el que atraviesa la autora de nostalgia, dolor por la lejanía, la expectativa del reencuentro:   “La orilla siempre es el punto más lejano al incendio. Cuando todo empiece a arder haré las valijas… Y caminaré segura sabiendo que la marea vendrá a limpiarme los pies cada vez que me embarre”. (Pág.44) 

Ese mar procura ser un papel donde escribe y por ende su escritura se mimetiza con el ritmo de las olas y será cuerpo de mar, penetrará la arena, vientre ardiente, humedad y sal. Ojos de pez, espuma, cuerpo de fondo marino, oscuro e impenetrable. Y en el centro ella habitante de ese Mar/Amor/Amante. Que se desgarra y rompe cuando golpea contra las piedras. Furia de un tigre de agua enfrentado a la escollera sin posibilidades de escapar. Mar interno y externo, identidad única que se realiza, fusiona y crece en cada verso.  

Mar Amante perfecto, nadar en él como abrazándolo. Intenso, magnético, atrae a las almas que han perdido su puerto. Gran matriz de olores y sabores peculiares que evoca lo primordial: “… ya no nombrará a su amante desde la escollera en danza hipnotizada que se agita con iodada luz. Buceará hebras oceánicas, en la voracidad de espumas… Hoy él la vino a buscar, la enroscó en su lengua de sueños funerales, mentira salobre de otros naufragios. Nunca más volverá. Quería que fuera éste su amante, el mar…”(Pág. 52) 

Sugiero sumergirnos en OCÉANA y nadar sin otro salvavidas que un corazón abierto.        

 

                                                                                 Mirian Graciela Brousse - (Chivilcoy 16/07/2022) 

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