DelOeste Art. y SEP Filial Chivilcoy - Reseñas literarias

DelOeste Art. y Sociedad de Escritores de la Provincia (SEP) Filial Chivilcoy convocan a diversos escritores para realizar reseñas sobre libros de autores a nivel nacional. 
lunes, 27 de diciembre de 2021 · 21:21

DelOeste Art. y Sociedad de Escritores de la Provincia (SEP) Filial Chivilcoy convocaron al escritor Lucas D. Cortiana para realizar la reseña del libro:"Bosque de Helenas" de la poeta / escritora Mirta Venezia - (Ediciones El Mono Armado)

 

Brota poesía: Bosque de Helenas, de Mirta Venezia

          Lo que se le pide a todo poeta es que revele un secreto. Tal pedido es, en realidad, una exigencia mayor: revelar en cada poema el secreto mismo de la poesía. Este secreto, tan viejo como el mundo, debe ser competencia y compromiso del poeta, pero, aquí la paradoja, dicha manifestación debe proporcionar elementos que promuevan un misterio nuevo y al que el poeta no tenga acceso sino de manera parcial. Esta labor no es sencilla ni ordinaria, por ello el poeta se enfrenta a un obstáculo adicional que, simultáneamente, le allana el camino, a saber, la creación o la reformulación del lenguaje. Crear un nuevo lenguaje le permite al poeta cumplir fielmente las expectativas antes dichas, atender y acentuar cada plano del misterio, y dictaminar de acuerdo a sus propios términos cuáles son los límites de la significación y su desmesura.

          En Bosque de Helenas (Ediciones El mono armado, 2020), la poeta Mirta Venezia despierta la memoria del verbo arcano (“cómo decir no ha resistido/ la mariposa ha muerto”) y convida la luz que contornea para que haya intimidad (“vientre deshojado/ purísima gaviota/ crespón de nácar”), mientras se comprueba que la palabra acabará por desnudarnos, despacio, y su voz murmurante, rozarnos (“el gota a gota/ -espasmo del rocío-”), y en cada presencia, como de espectro de Brocken, en cada abrirse la imaginación, se produce aquel encuentro con los fundamentos mismos de la gracia poética.

          Pero es la poeta-arquitecta la que hace que el lenguaje se edifique o se desmorone según su antojo. Es la construcción minuciosa del éxtasis lo que vitaliza y da forma a elementos solo concebibles por intersección retórica: “el ojo de la tormenta/ ha hurtado una niña azul”, dice, y al modo de la Pizarnik que le asignaba colores a los espantos y a las ternuras, todo ha de ser representado de nuevo, vuelto a incendiar, y otra vez, vuelto a nacer. Porque la poiesis de Venezia aleja el sentido de las palabras/cosas de su posición inicial, como diría Heidegger, para convertirse en otra forma sensible de ser: “boquear una a una las letras de tu espalda/ prendidas como luciérnagas”. Entonces, Venezia invoca al misterio, mientras ella misma comprende que en los versos que le liberan emoción y satisface el reclamo del lector, hay tantos misterios dispersos, aquí y allá, en “las letras de la espalda” —semántica amatoria, delicadeza y musculatura varonil, nostalgia, imagen y alegoría en decúbito prono—, que su discurso en el Bosque de Helenas es un modelo de su universo, es lo que dice en el poema y todo lo que le es tácito pero que sin estar le pertenece por expansión y poder convocante, porque el misterio atrae más misterio, y la poesía propicia más poesía. De ese universo, Venezia es receptora, tanto de la materia que corporiza en los textos como de los fantasmas que lo discurren.

         Como se dijo, el poeta es responsable de una fascinación, y lograrla implica el trabajo de sutilezas u ostentaciones que serán su distintivo. Así, Venezia introduce versos en bastardillas como destellos de composición, dándole al poema espeso, liviandad y soltura, aire y luz. El poema “Puja y puja”, por ejemplo, sintetiza su nervio en las palabras seleccionadas para sobresalir o “Harta de no hallar un caballo pétalo” abre el juego de la intriga desde el título y luego hace surgir de la disección (dis)cursiva, un nuevo ente y la generación incómoda de un dilema sin solución definitiva: ¿desde dónde es el poema?, ¿hasta dónde es el poema?, ¿todo el peso del poema recae sobre uno o dos versos? En ocasiones, es necesario despojarse de las propias prendas reflexivas y regresar a la trasparente desnudez sin bagaje taxativo del verso por el verso: “olvido revelado/ que no enciende/ quiero tu ofrenda/ brota poesía”.

         

                                                                                                                                         Lucas Damián Cortiana

                                                                                                                            Diciembre 2021/ Chivilcoy, pcia de BsAs

 

 

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