Manzanares acusa al banquero Eskenazi de ocultar dinero de los Kirchner

El contador de la familia presidencial le dijo al fiscal Stornelli que Sebastián Eskenazi, hijo del exaccionista de YPF y dueño del Banco de Santa Cruz, recibió el dinero negro que manejaba Daniel Muñoz. El Grupo Petersen desmintió la afirmación.
viernes, 22 de febrero de 2019 · 16:32

El contador de los Kirchner, Víctor Manzanares, que continúa preso desde octubre y aspira a ser reconocido por el juez federal Claudio Bonadio como testigo colaborador en la causa de los llamados "cuadernos de la corrupción", estimó que lo invertido a través de Muñoz en el país supera los 130 millones de dólares y afirmó que el banquero Sebastián Eskenazi recibió dinero del secretario presidencial.

A esa cifra deben sumarse los 70 millones de dólares en propiedades que  Muñoz y su esposa, Carolina Pochetti, invirtieron en el exterior, según ya consta en ese expediente. 

Eskenazi desmintió haber recibido ese dinero. "El Grupo Petersen denuncia que tal versión es falsa y maliciosa y forma parte de la misma maniobra de desprestigio que ciertos personajes oscuros intentan impulsar desde hace tiempo para ensuciar a la familia Eskenazi y al Grupo Petersen, luego del fallido intento de extorsión del año 2017, por el cual están procesados por la Justicia", afirma un comunicado del grupo.

Manzanares declaró durante tres días ante el fiscal Carlos Stornelli y sugirió que los fondos pertenecían en rigor a Néstor Kirchner, reveló cómo se ocultaba la plata en casa de la madre del expresidente, y que se usaba un galpón con baño acondicionado como bóveda o en cajas fuertes a lo largo de la pared de una oficina.

También habló de las maniobras de lavado de dinero que realizó Muñoz y el modo en que el juez Norberto Oyarbide cerró la causa por enriquecimiento ilícito de los Kirchner.

Dijo también que Cristina Kirchner le prometió que el pago por sus servicios profesionales iba a ser un Registro de la Propiedad Automotor en Buenos Aires, que debía poner a nombre de un testaferro suyo y darle el 20% de lo recaudado, pero al final terminó el mandato de la expresidenta y la promesa no se cumplió.

Manzanares relató que en un momento Muñoz decidió retirar todo el dinero del sur, que fue traído por tierra a Buenos Aires. Dijo que quien se encargó del traslado fue el arquitecto Luis Gugino, quien había acondicionado un galpón en la calle Maca Tobiano 740, de Río Gallegos, como depósito de dinero.

Allí se guardaban cosas en desuso y en un cuarto de máquinas había un gigantesco depósito de dinero, aseguró ante el fiscal.

Manzanares dijo que en Buenos Aires la plata fue entregada a Sebastián Eskenazi, según consta en la causa. Ante Manzanares, Muñoz se jactó de la situación que le había tocado vivir, manejando tanto dinero y para graficar la cantidad de la que hablaba aludió a una pileta de natación llena de plata. Primero el dato le pareció poco creíble, pero a la luz de lo que supo después no lo sorprendió.

Manzares dijo además que Muñoz le contó que había un lugar, del cual no pudo precisar la ubicación, cuya llave solo la tenían el propio secretario presidencial y Sebastián Eskenazi.

Allí fue donde el contador calculó que la fortuna que movió Muñoz no se limitaba a los 70 millones de dólares en propiedades que compró en Miami y en Nueva York, sino que superaba los 130 millones.

Su primer contacto con el dinero, según relató, fue en 2006, cuando se encontró con Daniel Muñoz en la Casa Rosada y luego en Río Gallegos.

Lo citó en la calle Teófilo de Loqui, una cortada, donde Muñoz le pidió si podía guardarle por unos días unos bolsos y mochilas porque habían tratado de robárselos, tras lo cual le pasó a su camioneta unos quince bolsos y mochilas.

Cuando Manzanares le preguntó qué contenían, lo miró con asombro y le dijo que no era otra cosa que dinero. Allí le ofrecieron entonces entrar en el negocio.

Manzanares dijo que se tentó y guardó en un entretecho de su casa los bolsos y mochilas, algunos de los cuales tenían candado, con entre 20 y 30 millones de dólares.

Admitió que sabía que lavaba dinero negro y al poco tiempo puso 8 millones de dólares (en billetes de 500 euros y billetes de dólares) en una caja de seguridad de su padre en el Banco de Santa Cruz.

A partir de entonces, en abril de 2006, empieza el proceso de inversión y Muñoz le pide que formara la sociedad Madaco para comprar propiedades, entre ellas, un departamento en la avenida Kirchner 952, en el centro de Río Gallegos, del que Manzanares tenía la llave.

Ahí siempre había entre tres y cuatro mochilas con 2 millones de dólares cada una, en promedio, y cuando necesitaba comprar algo a pedido de Muñoz, él sacaba la plata de ahí.

Manzanares retiraba los bolsos del aeropuerto santacruceño. Una vez en la pista se acercaba a la bodega del avión y bajaban dos valijas grandes. Luego lo llevaban hasta la casa de la madre de los Kirchner, en la calle 25 de Mayo, y en la puerta entregaba la carga.

 

Fuente. Gaceta Mercantil

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