Economía

“Este Gobierno tuvo y tiene que recuperar la confianza perdida en Argentina”

En una entrevista exclusiva con la Agencia de Noticias Télam, el presidente de la CAC, Jorge Luis Di Fiori, analizó el primer año y medio de gestión de Mauricio Macri, el rol de la industria nacional y la importancia de reinsertar al país en el mundo.
domingo, 9 de julio de 2017 · 11:06
A sus 77 años, el presidente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), Jorge Luis Di Fiori, habla con una claridad extrema. Ante cada pregunta hace una pausa y elige sus palabras con una precisión quirúrgica. Asegura que "hay que ayudar a Macri a mejorar el país” y que "el Gobierno ha elegido la gradualidad en implementar los cambios, porque la sociedad está demasiado enfrentada, demasiado herida, como para sacudirla de golpe”.La política monetaria (contractiva) del Banco Central busca contener la inflación -mes a mes-manteniendo las tasas de interés altas y absorbiendo pesos. Sin embargo, estas acciones impactan negativamente en el consumo porque lo desalientan. ¿De qué forma analizan desde la CAC la baja sistemática del consumo de los últimos meses?El Gobierno se encontró con una situación inesperada al asumir.  Aun sabiendo que lo que iba a recibir era tremendamente complejo, lo que terminó siendo es que tenía todas las cajas vacías. Y el extremo fue que la provincia de Buenos Aires no podía pagar los aguinaldos en diciembre del año pasado.Tenemos un problema de arrastre. El consumo en la época del "plasma” era un consumo artificial, porque era un consumo basado -en parte- en subsidios y -en gran medida- en déficit fiscal. Teníamos subsidios en el transporte, en la luz, en el gas, teníamos subsidios en todo. Nada de esto es sostenible en el tiempo.Ante esta situación, nos encontramos con que había que recuperar la confianza del mundo. Nosotros perdimos esa confianza cuando "defaulteamos”, porque estafamos a muchas personas. Este Gobierno tuvo y tiene que recuperar esa confianza perdida en Argentina. Y no es fácil, ya que primero debemos recuperar la confianza en nosotros mismos. El país siempre vivió en antagonismos. Nunca hemos logrado generar un sentido de pertenencia por la Argentina.Tenemos un problema de arrastre. El consumo en la época del "plasma” era un consumo artificial, porque era un consumo basado en subsidios y en déficit fiscal”Es muy difícil lograr cambiar la cultura de un país y eso es lo primero que tenemos que cambiar. A una señora hace poco la entrevistan en Jujuy y dice "bueno si, antes robaban pero yo comía. Ahora resulta que para comer tengo que trabajar”. Hemos perdido la cultura del trabajo, del respeto.Es muy difícil reconstruir un país así. El Gobierno asumió y se encontró con una caída absoluta de producción, no somos competitivos para nada. Desde la CAC estamos trabajando en esto, que es una de nuestras grandes preocupaciones: el costo argentino. Le encargamos a nuestro departamento de economía un trabajo que se lo prometimos al Ministro de Hacienda -que vamos a ir a ver próximamente- que es de cerca de 180 páginas.Este trabajo nació de una preocupación personal que tuve durante una reunión del Consejo Directivo y le pregunté al representante de Neuquén: "¿cuánto percibe el productor de manzanas por el kilo? Y me contesta ´Cuatro pesos con cincuenta centavos´. En la reunión estaban representantes de los supermercados, como Alfredo Coto y les pregunto: ¿Y cuánto está en la góndola ese mismo kilo de manzanas? Me contestaron: ´cuarenta y cinco pesos”. Les consulto  ¿por qué está diez veces más caro? Y me afirmaron que hay que recorrer toda la cadena y ver qué ocurre en el momento que se recorre la fruta y se vende hasta al momento en que llega a la góndola.Nuestro análisis da que entre la presión tributaria, las cargas patronales, el déficit que tenemos en materia de infraestructura y transporte... todo eso en definitiva hace que el precio vaya de uno a diez. Esto es inadmisible porque en estas condiciones no podemos competir en el mundo y esto se da a través de la baja de costos excesivos en la cadena.Foto: Daniel Darras/Télam

¿Cómo ve al país en este primer año y medio de gestión de Mauricio Macri?El Gobierno está tratando de hacer las cosas con prudencia y mesura. Tratando de mejorar la inversión para mejorar el empleo. Está procurando asfaltar, abrir nuevas carreteras, situación de calamidad de la mejor manera posible sin generar una conmoción social como en el 2001. Hay trabajar para que los hoy no están dentro del sistema se incorporen al sistema tributario. Porque sino hoy los que estamos dentro estamos pagando por los que no están y por eso la carga tributaria es enorme. Esto hay que cambiarlo de a poco.Yo advierto que la sociedad cree que puede hacer demostraciones y escraches y cambiar al Presidente. Esto forma parte de la carencia cultural que tenemos los argentinos. En definitiva, para nosotros es sumamente importante reconstruir la unidad nacional. Y no es fácil eliminar las grietas. El país se hace con el esfuerzo de todos. Los que ganan la elección gobiernan. Los que pierden la elección acompañan u objetan desde el lugar que les toque. Pero todos tenemos que procurar que el próximo gobierno encuentre el país en mejores condiciones que lo encontró.¿Hay que abrirse más a la competencia y a las importaciones o se debe apoyar a la industria por sobre todas las cosas?En el mundo, el comercio y los servicios están arriba del 60% de la mano de obra ocupada en el PBI y en Argentina también es así. Y en el mundo, la industria está en el orden del 20% cuando mucho. Además, la industria está tecnificándose, yendo a la robotización. Quien hoy genera empleo es comercio y servicios, no es la industria. Si creo que tenemos que tener industria eficiente, que compita, que pueda exportar. Tenemos empresas que están en el mundo como Arcor. ¿Por qué ellos pueden y el resto no puede?Necesitamos una industria competitiva, que produzca a la par de lo que se produce en el mundo. Lo que no necesitamos es una industria cerrada, a partir de la prohibición de importaciones”No tenemos que tener industrias monopólicas ni tampoco con subsidios del Estado. Eso no es industria genuina y al país no le sirve. Necesitamos una industria competitiva, que produzca a la par de lo que se produce en el mundo. Lo que no necesitamos es una industria cerrada -a partir de la prohibición de importaciones- y entonces como tienen el mercado cautivo, hacen las cosas de cualquier manera porque total no tienen competencia. Eso no es bueno ni para la Argentina ni para el consumidor.Usted declaró que para las mujeres y hombres de su generación, ésta es su última oportunidad de vivir en una república. ¿Tuvo esta sensación durante alguno de los gobiernos anteriores?En la primera etapa de Alfonsín, creí que si hasta que decretó el estado de sitio. Y terminó como terminó. Cuando Alfonsín era candidato a presidente, vino a una reunión de directorio y se le comenzó a preguntar cuestiones de economía y él nos contestó: "Señores, arreglada la política la economía marcha sola. Bernardo (por el ex ministro de Economía, Grinspun) explicales, yo me voy”. Con política sola no se arregla la economía. Esto se arregla con trabajo, con inversión, con competitividad y costos razonables. Así se arregla la economía. No con la política.Ahora felizmente tenemos un ingeniero de Presidente. El mundo está ávido de dinero y de encontrar dónde invertir, pero para eso hay que ofrecer seguridad jurídica. De cualquier forma, yo no le envidio a Mauricio Macri su labor. Lo veo al pobre encanecerse todos los días. Lo conozco hace tiempo. Su gestión es muy difícil. Reconvertir la cultura del facilismo, del no trabajo, del no respeto a las jerarquías, es muy complejo y nos va a llevar dos o tres generaciones repararlo.

Comentarios