Luciano Giacomini

lunes, 22 de octubre de 2007 · 00:00


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Luciano Giacomini forma parte de la legión de italianos que llegó para quedarse en nuestro pías.

Nació en Udine, casi finalizando 1948, después de la devastadora guerra mundial, su padre, Plinio decidió emigrar junto a su familia en busca de la tranquilidad y bienhestar que nuestro país ofrecía en aquellas épocas.

A los dos años Luciano vivía en Villa Martelli hasta que por cuestiones de trabajo su familia se trasladó a Chivilcoy.

Fue alumno de la Escuela Industrial. Más tarde ingresa a la empresa Supertap. Allí trabaja en distintas secciones hasta que en 1972 comienza a colaborar con el proyecto automovilístico que siempre tuvo Julio Nicieza, titular de la fábrica.

En 1984 ya como jefe de equipo toma la responsabilidad del Chevrolet de Turismo Carretera que desde ese momento iba a conducir el recordado Osvaldo Morresi.

Junto al Pato logró importantes resultados. Su primer triunfo vendría en la vuelta de Tandil en 1985.

Siguieron juntos hasta que Morresi decidió desvincularse para pasar a formar parte del equipo de los hermanos Satriano. Llega Urretavizcaya y siguen los éxitos. El prestigio de sus logros lo llevan a emprender un camino distinto. Se instala en Chivilcoy para atender a Carlos Garrido y luego decide mudarse a Mar del Plata de donde era oriundo el piloto.

En esa ciudad se vincula con Rolando Gorrini un joven volante que participa en la desaparecida Formula 2, donde corren 17 carreras y hacen 14 podios.

Pero su destino de conocer y aprender, lo llevó nuevamente a Europa. Primero trabajó en el equipo Ford y en 1996 ingresa en Alfa Romeo para atender los autos de la categoría ITC (Internacional Touring Championship) con los cuales recorre los distintos autódromos del mundo y adquiere una enorme experiencia.

Retorna a la Argentina en 1997 porque lo llama el equipo oficial Peugeot de TC 2000, donde Edgardo Fernández es el responsable máximo y los pilotos Juan Manuel Fangio (en la primera parte) el brasilero Cacá Bueno y Emiliano Spataro.

Allí permanece hasta el año 2001 donde vuelve a Chivilcoy y desde ese momento se dedica a fabricar elementos especiales para motores de competición como bombas de aceite y matricería.

Actualmente comparte sus horas como presidente del Foro Municipal de la Seguridad y también conduce los destinos de la Dante Allighieri.

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