Opinión
Todos contra todos: la interna infinita del peronismo chivilcoyano
Por Marcelo Fabián LopardoLa incertidumbre parece ser el denominador común en todas las fuerzas políticas locales, pendientes de lo que sucede -o puede suceder- en el orden nacional y/o provincial. Dentro de ese panorama general, es sobre el peronismo donde caen los mayores interrogantes. Tal vez porque no hace tanto tiempo era una fuerza que parecía imbatible en Chivilcoy, sensación que se desmoronó en dos ocasiones: hace tres décadas, cuando Rodolfo Bardengo logró, con el sello de la UCR, poner fin a un período de 12 años de hegemonía peronista; y en 2015, cuando el Dr. Guillermo Britos volvió a derrotar al peronismo tras otros 12 años de gestión, intercalados entre Franetovich, Pitelli y Speranza.
Lo que está pasando en el peronismo local, hoy por hoy, no parece enamorar a la mayoría necesaria para terminar con la hegemonía britista, que ha mutado de partidos, pero con resultados positivos más allá de los sellos.
Por el lado del espacio que conduce la diputada nacional Constanza "Coty" Alonso, supo monopolizar el uso de la lapicera para armar y desarmar listas a gusto, impidiendo incluso la participación en las PASO de opositores internos. Hoy, muchos dirigentes que parecían alineados a su conducción ya no lo están, y varios de ellos se encolumnan detrás de la figura del gobernador Axel Kicillof, en la disputa que el mandatario provincial mantiene con Cristina, su hijo Máximo y la agrupación La Cámpora. Luciano Dellepiane, Fernando Antonelli, Fernando Poggio, Paola Köhli, entre otros, son algunos de los que se sumaron al "Chivilcoy con Axel".
Por el lado del Frente Renovador, referenciado en Sergio Massa, levantan la bandera los doctores Gustavo Bruno y Hugo Kubbler, pero tampoco parecen estar fuertemente instalados en la sociedad.
Tampoco, cuando se habla de peronismo, hay que omitir a Hacemos por Chivilcoy, sello con el que el exministro y actual diputado nacional Florencio Randazzo compitió electoralmente, y cuyo principal referente local es Ariel Franetovich. Este año pondrán en juego dos bancas en el Concejo Deliberante, además de la banca del propio Randazzo. Los allegados a Florencio dicen que van a competir en una posición alejada tanto del kirchnerismo como de La Libertad Avanza.
Y como si todo lo descripto fuese poco, el intendente Guillermo Britos juega al juego que tan bien supo hacer para obtener resultados: coquetea con todos y despierta nerviosismo en militantes y dirigentes de todos los espacios. La foto con Sergio Massa antes del balotaje hace suponer a varios que puede seguir ligado al tigrense, especulación que cobra fuerza porque el massista Bruno, desde su banca de concejal, acompaña todas las medidas que surgen del Ejecutivo. Pero Massa parece estar más cerca de los Kirchner que de Kicillof, y es precisamente el kirchnerismo -y La Cámpora en particular- el sector más demonizado históricamente por Britos, con quienes prefirió polarizar. No sería fácil su inserción allí.
Hábil, como demostró serlo siempre, el jefe comunal también endulza oídos cercanos a Kicillof con la posibilidad de sumarse si, en definitiva, el gobernador y el kirchnerismo se enfrentan. En lo poco que suele filtrarse del reducido entorno del intendente, se comenta que deslizó la posibilidad de ser candidato a legislador, dejándole el sillón de intendente a Eduardo De Lillo desde el ’25 al ’27. Pero es conocido el pasado radical del actual secretario de Hacienda, y la pregunta es si aceptaría ser intendente en un esquema peronista.
Y para terminar con el confuso -al menos para nosotros -+ panorama del peronismo, no podemos dejar de mencionar al "otro" Britos. Fabio, exconcejal y exdiputado, que amagó con jugar en el 2023 y finalmente no lo hizo. Pero no se descarta que en 2025 quiera formar parte de la oferta electoral, como le gusta decir a él mismo. Actualmente de bajo perfil en medios, se lo ve activo socialmente. Y no hace mucho, a un periodista de este diario le expresó que, si lo quieren jubilar de la política, lo van a tener que “cagar a votos en la urna” (textual). Su desempeño como diputado le otorgó buenas relaciones con el sector de Kicillof y también con sus excompañeros del massismo.