Opinión
¿Por dónde es la salida?
Dr. Leandro CrespiCinco de la tarde de un martes de abril, más precisamente día 15. Salida de un colegio que tiene también un Jardín de Infantes.
Todos los días de la semana los niños y las niñas del jardín del turno tarde salen a las 17 horas.
A veces van ambos padres, otros van las mamás, varias abuelas, alguna tía o algún papá.
Claro, para retirar a un pequeño tiene que haber autorización previa, porque no cualquiera puede ir a retirarlos. Es así y así está muy bien.
El caso que quiero compartir con ustedes pasó efectivamente este martes pasado.
Una abuela va en busca de su nieto, estaciona su auto en la entrada a un garage –y está mal que lo haya hecho- va a la puerta del Jardín de Infantes, porque los primeros en salir son los nenes de salita de 2 años. Cuando regresa a su automóvil sale un vecino enojado -casi furioso- porque le había tapado la entrada a su garage. El vecino sale con un perro de policía y se lo chumba al niño de dos años. La abuela sufre un leve desmayo y el niño de dos años termina mordido por el perro…
Luego de este escenario macabro, sale una mujer de la casa del hombre en cuestión, lo insulta delante de todos y le cierra la puerta.
Queda el hombre con su perro y queda la abuela con su nieto, siendo asistida por algunos padres que, al ver la escena, se acercaron a ayudarla…
Quizás me esté poniendo viejo, un poco sensible, me escandalizan cosas que a otros no.
Pero recrearme la escena de un hombre enojado, en su ira y que le chumbe su perro a una criatura de dos años, me saca de toda lógica, de todo entendimiento o justificación.
Seguramente habrá una denuncia por el hecho, seguramente las autoridades tomen alguna decisión…
Yo, simplemente quise compartirlo con ustedes. Lo que estamos viviendo y este hecho en particular me hizo recordar una frase de un libro de Halperín Donghi que dice: nos enfrenta a la historia de un declive a la vez que ordena los términos para una discusión con vistas al futuro.
¿Qué locura nos tiene presos de tanta agresión, odio y pelea?
Este es un hecho muy lamentable de consecuencias graves para una criatura de tan sólo dos años de edad…
¿Qué nos tiene que suceder para que entendamos que si no hay respeto hacia el prójimo, semejante o vecino, estamos viviendo como desquiciados, como enfermos. Sí, enfermos.
Hay quienes se alteran porque perdió el equipo de sus amores, otros porque un negocio les salió mal, una discusión sentimental también altera los ánimos.
En esta semana tan especial para los católicos, en la que muchos vamos a celebrar las Pascuas de Resurrección, meditemos sobre nuestra actitud personal, adónde estamos yendo con la agresión entre nosotros mismos.
Empecemos a dejar de lado esa locura callejera que tiene cercada a nuestra Ciudad.