Opinión
Estamos esperando una nueva camada política
Por Diego ManusovichLos gobiernos falopa apuran el trabajo para mostrar gestión antes de las elecciones. Vivimos en comunidades tan subdesarrolladas que los gobernantes pintan las sendas peatonales 15 días antes creyendo que pueden convencer a algún despistado.
Pero lo que subyace es la falta de gobiernos formados, inteligentes y pragmáticos que puedan desarrollar una potente estrategia de escucha vecinal y convertirla en gestión eficiente y eficaz durante todo su mandato.
Un caso meritorio, ya lo he mencionado en otra oportunidad, es la creación de los carteles de las calles que viene haciéndose desde hace algunos años. Son vistosos, parecen fuertes y además explican algún rasgo del nombre propio de cada calle.
Pero en general, la brecha entre las actividades del mundo privado y el mundo público se sigue ampliando. Es decir; el Estado cada vez más se recluye en mantener (mediocremente como dijimos) calles, plazas, edificios públicos, sistemas de salud y sanitario; olvidándose de otras actividades que podrían ayudar a vivir mejor. Entre las actividades del Estado hoy y las que llevan adelante los privados (vidrieras, comercios, servicios, deportes, alimentación, programación teatral, cinematográfica, gastronómica, etc.) hay todo un vacío socio cultural educativo que queda huérfano.
Cuando hablamos de educación vial, cultura intensa en cada barrio y pueblo rural, concursos literarios para chicos y jóvenes, certámenes de realización de videos en cada barrio para ponderar su cultura y su idiosincrasia, cuando hablamos de la potencia hipotética de una radio municipal que podría salir al encuentro de voces relegadas de colectividades o comunidades periféricas, incubadoras para microemprendimientos juveniles, talleres de ciencia y tecnología en las plazas públicas los sábados a la tarde para chicos, etc,etc. estamos hablando de desarrollo.
Hay un montón de actividades que pueden potenciar a una comunidad y que, si no las lleva adelante el Estado, ningún privado va a realizarlas.
Esperemos que esta nueva camada de concejales (ya ni siquiera nos importa su identidad partidaria) prepare el terreno para un recambio energético y profesionalizante que impulse la transformación de nuestra ciudad.
De alguna manera debemos romper este círculo vicioso de subdesarrollo y vara baja.
¡A votar!
Seguimos pensando.-