Pocas luces para una ciudad que necesita soluciones urgentes

Hay una realidad que se repite, sea cual fuere la ubicación que miremos en la ciudad, y es que en las veredas existe un alumbrado público que carece de mantenimiento y que lejos está de brindar un servicio eficiente a la comunidad ya que se han vuelto elementos de considerable peligrosidad, teniendo en cuenta las noticias del día a día, en donde una o más columnas se caen sobre vecinos y/o vehículos, incluso sin que haya una adversidad climática como justificativo.

El alumbrado público hoy se encuentra en una situación alarmante, con columnas torcidas, luminarias que no funcionan de noche y que paradójicamente funcionan durante el día resultando en un gasto energético innecesario en momentos donde el dinero del municipio no abunda.

Por otro lado, las columnas que se caen y dañan a los vecinos resultan ser un costo extra para el municipio y sobre todo sin mencionar que el riesgo eléctrico por la falta de mantenimiento aún no se ha cobrado ninguna víctima aunque siempre es un peligro latente.

Pero ¿Se propuso una solución a esto? Claramente sí, en mayo con el radicalismo junto al ingeniero Faccinetti se llevó al gobierno municipal un Plan Integral para la puesta en valor del alumbrado público. La respuesta por parte del municipio, “las columnas que se caen son de la gestión K” demostrando sentirse ajenos a la responsabilidad que tienen como gobierno en brindar una luminaria pública de calidad.

No sorprende la respuesta recibida ante un plan que propone mejorar el servicio de la ciudad, sino que, lo que sorprende, es que luego de tres meses la inacción es total frente a esto y mientras tanto, seguimos viendo pocas luces para una ciudad que necesita soluciones urgentes.