Opinión
Juego de niños
Por Diego ManusovichNo hay que ser un experto en economía para entender lo que pasa.
Este bendito país con tanta clase media y consumo de carne, leche y cereales no es conveniente en el tercer mundo. Si estuviéramos en Europa seríamos uno más de la comunidad, plagados de creatividad, fútbol, ciencia y música extraordinaria. Pero estamos en el culo del mundo, en Latinoamérica, en un terreno conquistado a sangre y fuego al malón, implantando linajes humanos transatlánticos.
Por eso, esto no puede seguir así. Necesitan que nos parezcamos al friso chato de los vecinos de la región en donde un auto, una parrillada los domingos o unas vacaciones lindas son sólo privilegios de una clase social cada vez más pequeña.
No quieren que tengamos tantas librerías, ni acceso al teatro, ni demasiada producción de películas nacionales. No podemos consumir comida de calidad a pesar de estar parados en una tierra fértil y nutritiva. Nos quieren extraños en nuestro propio suelo. Nos quieren más laboriosos, pero no para disfrutar nuestros dones, sino para engrosar sus rentabilidades. Allá va lo que antes disfrutábamos merecidamente, ahora lo nuestro se va desplazando a las empresas de energía eléctrica, a las petroleras, las gasíferas, las que nos dan internet y la telefonía celular desregulada.
La excusa es bajar la inflación (muy noble, por cierto) pero a costa de los peores salarios de los últimos 20 años. La noticia es que esta ecuación social que rige en los gobiernos de derechas siempre antepone la riqueza de los más ricos a la prosperidad de las mayorías.
Cualquier excusa sirve para lograrlo, ayer, hoy y mañana.
Seguimos pensando.-