Casos
La muerte de Itan, un claro ejemplo de violencia vicaria
Por: Dr. Emmanuel LangoneDe más está decirles, que el tema de hoy es bastamente doloroso y nos ha interpelado a todos los ciudadanos de Chivilcoy. Este caso específico, amerita que hablemos de un tema que muy pocos quieren abordar, -por la dificultad de las fibras que atraviesa- pero que es otra de las herramientas de violencia con las que se manipula a la mujer, claro que, este caso es el extremo en su máxima expresión. Para quienes no lo sepan, la violencia vicaria se trata de una forma de violencia de género que tiene por víctimas a los hijos o hijas, y que es ejercida por el padre o de la pareja de la madre y que, en casos extremos, puede acabar con el asesinato de los menores, como lamentablemente hemos visto recientemente.
Claramente hablamos de una especie de violencia de género, en este caso, supone la utilización de los hijos o hijas por parte del padre o la pareja de la madre para producirles daño a las madres. Constituye en sí, un maltrato a los menores, pero con un objetivo específico contra la mujer a la que se pretende dañar. Se trata de una cosificación, de una instrumentalización de los niños para causar un daño inmediato a ellos, pero no como un maltrato infantil, sino a la madre o a la mujer con la que tiene una relación y que sufre esta violencia de género. Obviamente que lo expuesto, decanta en una clara deshumanización de los hijos.
En estos desagradables casos, se les “quita” la categoría de personas a los hijos, para colocarlos en la categoría de objeto, de instrumento, con el que dañar a la madre en una violencia que causa un dolor extremo.
Sé que, para una persona de bien, este tema puede parecerle de imposible concreción, pero la realidad social dista mucho de ese cuento de hadas.
En estos casos, el violento psicológicamente comprometido, sabe que el dolor que va a causar a la madre este daño, es mucho mayor que si la dañara a ella directamente. Además, es bueno aclarar, que una mujer no puede ejercer violencia vicaria. Solamente se trata de una violencia que forma parte del ámbito de las violencias machistas.
Este tipo de violencia, suele ser pergeñada y puesta en conocimiento previo de la mujer, con frases tan dañinas como: “vas a perder lo que más querés”, “no lo/a vas a ver más por tu culpa”, “sé pegarte donde más te duele”.
El asesinato de un menor, es el supuesto más extremo de violencia vicaria y en muchos casos los asesinos acaban suicidándose después de cometer el crimen. El dolor que inflige es extremo, porque durará toda la vida. Por ello, expreso mi más sincero acompañamiento hacia la mujer que padeció esta aberración sucedida en nuestra ciudad.