Opinión
Entre el tarifazo y el impuestazo....la Libertad Avanza?
Argentina estaba en “bancarrota”, con reservas negativas, sin crédito ni credibilidad, con un Estado enorme y una clase dirigente que nos dejó al borde de otra hiperinflación, no había dinero “real” para seguir subvencionando el consumo. Cualquier bando que ganara las elecciones debía, inexorablemente, adecuar las facturas de la energía a los costos de producirla. El ajuste en las tarifas energéticas era inevitable.
Y así fue, en los últimos meses, los hogares y las empresas experimentaron un enorme aumento en sus facturas de electricidad y gas, lo que generó un impacto directo en la capacidad adquisitiva de las familias y en la viabilidad económica de muchos negocios y pymes.
Ante este escalofriante aumento de tarifas, el gobierno debería haber intentado conciliar los hechos con las promesas políticas de campaña, en la que, La libertad Avanza se había comprometido a transferir el mayor peso del ajuste al abultado gasto político en el que nos dejaron inmersos, la misma dirigencia que nos gobernó los últimos 40 años y a los que Javier Milei, definió acertadamente como “la casta”.
Políticos y gremialistas que por su desmedida ambición, su percepción de impunidad, su egoísmo, su soberbia y su mediocridad han logrado que tengamos el 50% de pobreza, que de 1.300 barrios populares que había en 2001 ahora tengamos 6.400, que 7 de cada 10 niños, niñas y adolescentes se encuentran bajo la línea de pobreza.
Políticos y gremialistas corruptos, (con escasas excepciones), que se enquistaron en el poder y “viviendo” del estado se han hecho millonarios junto a sus familiares y amigos.
Al aumentar las tarifas aumentaron los impuestos asociados a ellas.
La Nación recibirá un 400% más de ingresos debido al incremento en las facturas de energía. La provincia bajó un punto lo que recauda por la Ley 11760, pero subió 4 puntos lo que embolsa por la Ley 7290. Eso implica un 50% más, sobre el 400% que aumentó la electricidad. Negocio redondo: 600 por ciento.
Ocurre algo parecido con el municipio: La tasa de seguridad pasó de 160 pesos a 709 (el 443%) el transporte de pasajeros de 110 a 729 pesos (el 663 %), el fondo educativo de 140 a 968 pesos (691 %) la tasa de alumbrado público en algunos casos pasó de 5.5 % al 7 por ciento con lo cual el aumento nominal sería de aproximadamente el 510 %.
El “tarifazo”, sumado al aumento de tasas municipales, impuestos provinciales y nacionales, se convirtió, además en un “impuestazo” que sigue sosteniendo un estado gigante para que “la casta” pueda seguir cobrando sus jubilaciones de privilegio, nombrando personal a gusto, haciendo clientelismo, pagando sobreprecios, haciendo paros, contratando obras que nunca se terminan, y todo eso, como hasta ahora, sin ninguna otra consecuencia que la de llenar sus propios bolsillos.
No estoy discutiendo la necesidad de adecuar el precio de la energía a los costos de producción, pero me parece lógico y coherente que los impuestos asociados a las facturas de servicios públicos provistos por el estado, aumenten de acuerdo a los salarios o, en su defecto que los salarios aumenten en proporción a los aumentos en los impuestos.
Claro que esto no es así, sólo porque los que votan y deciden nuestros impuestos son los mismos que eternamente han vivido del estado y se aferran con uñas y dientes a sus prebendas y privilegios, mientras el costo del ajuste lo vuelven a pagar, como siempre, los trabajadores, los jubilados y las pymes.
La discrepancia entre las palabras y las acciones del nuevo gobierno, han dejado en evidencia, como en los gobiernos anteriores, la falta de coherencia y transparencia en la gestión política.