Opinión
¿Y si la dignidad fuera nuestro brindis de año nuevo?
Por Diego Manusovich¿Qué marca la felicidad de un año al otro?
¿Cómo mide cada uno el sentido de su existencia humana?
¿La salud? ¿La posibilidad de alimentar bien a la familia? ¿Comprar alguna chuchería por Mercado Libre?
Vivir en esta realidad tan especial, al sur del planeta, en donde se mezclan los dones de nuestra tierra repleta de humus, con la gente revolviendo la basura, no hace más que teñir de ciencia ficción a esta locura cotidiana.
Pero si miramos el medio vaso lleno, como si fuera un exorcismo fogoso de fin de año, podríamos decir que no estamos en guerra, no vivimos el asedio de tsunamis, terremotos o volcanes, que somos fanáticos de abrazarnos y reírnos alrededor de una mesa haya lo que haya arriba. Que nuestra Democracia (aún débil y con consensos vaporosos) todavía sigue en pie y que aún nos queda el fútbol, la entrañable música nacional y algunos orgullos más.
Esta es una columna de cierre de año, y más allá de los logros o el confort de la vida personal de uno, quisiera desear con ustedes una vida digna para todos. Eso, no más para los que tenemos de sobra. Dignidad para todos nuestros amados compatriotas que pisan nuestro mismo suelo todos los días.
Me tomo unas vacaciones. Nos vemos en 2025.
Gracias por leer mis columnas, eso es un montón y mantiene mi motivación encendida.
Seguimos pensando.-