Opinión
La casta goza de buena salud
Por Francisco MónacoA diez días de haber asumido, el presidente Javier Milei hizo uso por primera vez de la Cadena Nacional para presentar los lineamientos del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que pone en marcha, desde el momento de su publicación, las medidas más fuertes de la primera fase de su política económica, o “Bases para la Reconstrucción de la Economía Argentina”.
El DNU presenta 366 puntos que buscan reformar o derogar leyes, de los cuales el mandatario anunció los 30 más importantes y aseguró que llamará a sesiones extraordinarias al Congreso Nacional para revisar la propuesta, ya que “la crisis requiere de acción inmediata”.
El DNU número 70/2023 fue publicado en el Boletín Oficial, con la firma del presidente Javier Milei y la totalidad de los ministros del gabinete nacional, bajo el título “Bases para la reconstrucción de la economía argentina” y establece la “emergencia pública” en materia económica, financiera, fiscal, administrativa, previsional, tarifaria, sanitaria y social hasta el 31 de diciembre de 2025.
Hasta acá lo ya conocido por todos, información pura.
Ahora bien, si analizamos las 30 principales medidas, ninguna se refiere a la reducción del gasto de la política y todas y cada una recaen sobre los agobiados hombros de la clase trabajadora.
Pareciera que el presidente se olvidó de sus promesas de campaña de que el ajuste lo iba a pagar la política o “la casta” como a él le gusta llamar a ese club, al que todos quieren entrar porque ha sido el negocio más fructífero en estos últimos años. En su DNU nada indica que se vayan a terminar los privilegios y prebendas que los políticos acumularon en estos últimos 40 años de nuestra tan preciada democracia.
Cuarenta años en los que hemos comprobado la ineficiencia e ineptitud de nuestra clase dirigente que nos ha llevado a tener casi el 50% de pobreza en un país inmensamente rico. Y encima los que nos han llevado a esta catástrofe son los mismos que votan sus propios privilegios.
El DNU nada hace mención a los gastos de los diputados y senadores de la Nación que derrochan fortunas en asesores y/o ñoquis y a sus abultados sueldos que están a años luz de los paupérrimos ingresos de la gran mayoría de la clase trabajadora.
Nada habla el DNU de las jubilaciones de privilegios ni de la enorme cantidad de empleados que tienen los ferrocarriles, el congreso de la Nación, su biblioteca, Pami, Anses, y los cientos de dependencias del estado en las que todos los políticos ha ido pagando favores con nombramientos de personal durante 40 años. Donde “la casta” ha premiado a sus parientes y amigos con algún puesto en el estado. Familias enteras vinculadas a la política viviendo de nuestros impuestos, lo que contribuyó, entre otras cosas, a este 150% de inflación.
Los mayores todavía tenemos fresco el 2001, y desde ese año a hoy, una banda de maleantes llamados “políticos” hizo, entre muchos otros desastres, que nuestra moneda se devalúe desde un peso a mil pesos por dólar. Los mismos maleantes que multiplicaron la pobreza y la indigencia. Los que fugaron plata, los mismos que se vacunaron antes, e hicieron fiestas, los mismos que privatizaron y después estatizaron empresas por las que se pagaron o se deben miles de millones de dólares. Y ahora vuelven a privatizar. Sindicalistas millonarios, muy parecidos a monarcas en reinos paupérrimos. Todo esto ocurrió en 40 años de una invalorable e indispensable democracia.
Y casi nadie fue preso.
El DNU nada dice…
La casta, aún está a salvo.