OPINIÓN
Rociar con combustible a una mujer ¿está bien o mal?
Por Jimena VillarTranqui, el título es para llamar la atención. Hoy escribo sin ningún hilo conductor. Es más, ni siquiera es escribir, es despotricar. Sucede que no puedo retener el vómito mental ante el nivel de hipocresía humana que vengo viendo en cierto sector de la sociedad. Por un lado denuncian que la democracia está en peligro, mientras que por otro, fingen demencia ante prácticas sumamente antidemocráticas.
Cualquier persona de bien, con valores medianamente humanistas y algo de ética, debería ser capaz de juzgar un hecho grave contra otro ser humano. Incluso, si ese ser humano afectado es o no es de su agrado. Pero en un país de fanáticos y amantes de la grieta eso es mucho pedir. Sin embargo, a mí no me molesta la grieta, porque un poco que el país nació así, pero sí me revuelve las tripas la hipocresía, -en la que todos caemos, inevitablemente-, aunque hay gente que directamente basa su personalidad en la contradicción constante.
Y es que por más esfuerzos que haga, realmente no puedo conjugar el ponerse el pañuelo verde y gritar ¡Ni una menos! al mismo tiempo que se festeja o se justifica que le tiren kerosene a la diputada de la Libertad Avanza, Lila Lemoine. Sorpresa: en su gran mayoría son varones y feministas selectivas. A mi modo de ver, lo que pasó el lunes afuera del Congreso de la Nación está al mismo nivel de violencia política que el intento de magnicidio contra CFK. Y aclaro, por las dudas, que no soy votante de ninguna de estas dos mujeres, sin embargo condeno por igual ambos ataques. Y lo hago porque no me lleno la boca para hablar de la democracia solamente para los festejos por los 40 años, sino que trato, a mi modo, de practicarla y de sentirla, incluso ante quienes no son de mi simpatía. Porque la democracia no está bien solamente cuando el resto vota y piensa igual que yo, sino que la democracia se honra y se protege siempre. Nadie vota mal. Los ciudadanos votan, así, sin ningún adjetivo calificativo. ¿O hay que volver al voto calificado? ¿Cuál sería el criterio para elegir a los buenos y malos votantes? ¿Revocamos el derecho de los pibes de 16 a votar porque eligen a Milei? ¿Así debería funcionar? Pregunto a las eminencias del civismo que se la pasan dando cátedra y bajando línea partidaria hasta en las aulas. Seguro que ellos la tienen clara sobre cómo es vivir con doble moral todos los días.
Al menos, en mi concepto de democracia, se debate, se discute y luego se impone la voluntad de la mayoría, pero todos pueden expresarse. En democracia hay diferencias partidarias, no humanas. O así lo veo yo.
Pero volviendo al disparador inicial, cualquier tipo de defensa hacia el ataque contra Lemoine, venga del espacio que venga, es antidemocrática. Ni siquiera sirve el argumento sobre la lucha contra los discursos de odio, porque el odio no se combate con kerosene ni con un tiro en la cabeza (me da risa porque mientras escribo me acuerdo de la vapuleada frase "el amor vence al odio" y me pregunto si alguna vez se la habrá puesto en práctica más allá de recitarla).
También es cierto que nadie tiene que aceptar el discurso del otro si no quiere. Incluso tiene derecho a no bancarse que haya un discurso diferente u opuesto. Pero yo no les compro ese personaje de paladines de la democracia porque muchos son más violentos y reaccionarios que esa derecha a la que dicen combatir. Aceptenlo. Acepten que no les hizo ni un poco de ruido que le tiren kerosene a una legisladora, justamente con lo que significa arrojar combustible sobre una mujer en nuestro país. Acepten que critican a las mujeres de la política por su aspecto físico, por beber alcohol o porque disfrutan de una sexualidad libre. Acepten, no pasa nada, ya sabemos que los machitos siempre se la dan de aliados, pero sólo si la mujer en cuestión vota y piensa igual que ellos. Y sabemos, que producto de su sobre escolarización, estudios, diplomaturas y cursos, saben muy bien lo que simbólicamente representa que cubran a una mujer con un líquido inflamable. Y saben, que además de lo simbólico, por más mínimo que sea, hubo un riesgo de ignición.
Por eso la grieta es con esta gente. No es ni con peronistas, ni radicales, ni liberales, ni la izquierda, ni la derecha. Es con aquellos que corren el medidor de la democracia según sus propios intereses partidarios. Con quienes en vez de argumentos sólidos aman vociferar la palabra "fascismo" como si fuese el comodín del Uno. Con los leídos que citan a Judith Butler pero festejan lo de Lemoine. Con los defensores de Nuestra América Abya Yala indignados porque una ciudadana boliviana milita en el espacio de Milei. Con los que carecen justamente de todo aquello de lo que alardean. Con los que dicen defender una idea de democracia que solamente abraza la posibilidad de otorgar resultados electorales que los favorezcan. Con esos, ni a la esquina. Y sí, tirarle kerosene a una mujer, en cualquier tipo de contexto posible, está mal.