Opinión
Razonabilidad o autoritarismo
Por: Luis María MarianoLa libertad y la tolerancia como el pluralismo y la diversidad, conforman un papel fundamental en una sociedad democrática. Estos conceptos aportan beneficios significativos como permitir la convivencia pacífica de personas con diferentes creencias, valores y opiniones. La sociedad se enriquece al promover un intercambio de ideas y perspectivas diversas estimulando el desarrollo personal. Sostener lo contrario, implicaría una visión autoritaria de la política.
Ahora bien, se advierte hoy con claridad, entre las personalidades de Cristina Fernández de Kirchner y de Javier Milei, que existe un paralelismo indisimulable. Ambos, tienen una certeza sobre lo que piensan y lo esgrimen como que es la absoluta verdad. Desde luego que esas posturas anti-republicanas, cancelan cualquier diálogo posible. No admiten la más mínima diferencia sobre lo que sostienen.
Ambos presentan y han presentado un carisma exaltado en sus discursos públicos que impactan paralizando la disidencia. Siempre, desacreditando con altisonancias a los que sostienen criterios encontrados a su verdad revelada y con acusaciones que no aportan pruebas sino una hostilidad acentuada y conocida. Tenemos suficiente experiencia -ahora planteada por Milei-, que da cuenta que es una historia vieja y bien conocida. Es otra emboscada aparentando que es nueva. Es el mismo populismo que degrada las instituciones republicanas y democráticas con el solo fin de acceder y permanecer en el poder por parte de aquellos que los sostienen. Por supuesto, el país, destruido.
Termino con esto: en nuestro país no hay soluciones políticas inmediatas ni mágicas solo queda espacio para la razonabilidad política; por lo tanto, creo en aquellos que me proponen un camino largo y con obstáculos pero que con esfuerzo, es “transitable”. Consecuentemente, rechazo a los demagogos y a todos aquellos que en aras de hablar de la libertad, no hacen referencia ni a la República y ni a la Democracia como instituciones políticas que le dan continente y sentido a la libertad. Censuran y condenan en sus discursos a todos los que no coinciden políticamente con ellos y colocándose, del lado de los iluminados y al resto, en el lugar de los malvados.
No existe en ellos y referenciándose a nuestro país en su conjunto, el concepto de “nosotros”, que somos los creemos en la existencia de un país con su historia y sus virtudes identitarias que fue abriéndose paso contra el autoritarismo y a favor de la organización republicana y democrática.