Opinión
Volver al pasado, pero peor
A pocos meses de cumplir 40 años de la vuelta a la democracia, ha quedado demostrado que esta clase dirigente no estuvo a la altura de las circunstancias y que muy pocos han hecho algo para mejorarle la vida a la gente.Hace unos días, la noticia de la vuelta del tren a Mendoza, después de 30 años, inundó los medios de comunicación y las redes sociales. Muchos vecinos, políticos y funcionarios lo esperaron en los andenes del ferrocarril San Martín y lo recibieron con alegría y emoción. Los que estuvieron presentes, aplaudieron y vitorearon mientras el tren se detenía en la estación.
El viaje salió de Retiro en Buenos Aires a las 12.20 horas del viernes 1 de junio y arribó el sábado 2, a las estación Palmira, a más de 35 Kilómetros de la capital mendocina, a las 16.40hs.
Tardó 28 horas con 20 minutos, lo que significa un aumento de 10 horas en comparación con la duración del mismo viaje hace 80 años.
Reconozco que las imágenes que la gran mayoría de los medios publicaron, me provocaron todo lo contrario a lo que se quería mostrar, me dieron mucha tristeza y vergüenza ajena. No había nada que celebrar, es como volver al pasado, pero peor.
Tardar 28 horas para hacer 1.000 kilómetros, o en nuestro caso, 4 horas para hacer 160 kilómetros es denigrante e inmoral.
Que nuestros dirigentes y funcionarios festejen la vuelta de un tren que avergonzaría al país más pobre del mundo, es una falta de respeto a la ciudadanía, es una tomada de pelo a los contribuyentes, es querer hacernos creer que ellos no han tenido nada que ver en la destrucción de una red ferroviaria que fue envidia de muchos países.
Háganse cargo por favor, no se nos rían más en la cara. Estamos cansados de vivos, de ñoquis, de corruptos, de sinvergüenzas, de acomodados, de testaferros.
Si los corruptos de este país fueran presos las cárceles estarían más llenas que las de Bukele
Vuelvan con el tren a Mendoza, o agreguen alguna frecuencia más de Chivilcoy a Buenos Aires, pero no lo promocionen, no lo magnifiquen, no lo festejen. Háganlo en silencio, como pidiendo disculpas a una historia que, en más o en menos, los condena a todos por igual.
A pocos meses de cumplir 40 años de la vuelta a la democracia, ha quedado demostrado que esta clase dirigente no estuvo a la altura de las circunstancias y que muy pocos han hecho algo para mejorarle la vida a la gente.
La gran mayoría de nuestros dirigentes forman parte de esa clase política y sindical que siempre puso sus intereses personales por sobre los del bien común y se llenaron los bolsillos mientras destruían los ferrocarriles, destruían la salud, destruían la educación pública, miraron para otro lado cuando el narcotráfico se instaló en nuestro patio trasero y siguen mirando para otro lado cuando nuestros jóvenes emigran para buscar un futuro previsible. Destruyeron casi todo lo que tocaron.
Dejen de aplaudir boludeces y guardemos las celebraciones para cuando tengamos un tren de Chivilcoy a Buenos aires que tarde menos de 1 hora y media. ¿O es mucho pedir?