La victimización como estrategia política permanente

Desde muy chica, vivo la política de una manera muy apasionada, muchas veces con momentos ingratos, que me han llevado a pensar en alejarme definitivamente, pero, a su vez, no puedo, es mas fuerte que yo. Dirían los que me conocen en la intimidad, te sale, te nace, nunca lo vas a poder dejar. Y es así, es verdad, me gusta, la siento, la vivo, pero mi forma de ser en la vida, es igual en el ámbito político y en el personal, no lo cambio, soy la misma.  Por supuesto que existen estrategias que uno las analiza, las estudia para lograr objetivos, pero jamás pensé en utilizar una estrategia de victimización, porque realmente siento que nuestro país, nuestro mundo tiene verdaderas víctimas, a las que nosotros los dirigentes políticos debemos ayudar y trabajar para resolver sus problemas.

Es por ello, que jamás utilizaría la victimización como una estrategia de política permanente, porque no está en mi esencia, porque sé que hay personas que están sufriendo mucho y son victimas de un Estado que no logra, no puede o no elige eliminar ese sufrimiento.

De tantos años en política, vi muchas estrategias utilizadas por los políticos, por los gobernantes, y me resisto a pensar que haya gobiernos que elijan como estrategia siempre ser víctimas, lo que se denomina Victimismo

 ¿Y que es el victimismo? Para llevarlo al terreno político, son dirigentes, gobernantes, funcionarios que utilizan la queja y el lamento para obtener la atención emocional que necesitan para imponer sus voluntades, es una manera de manipular emocionalmente. Es decir, se escudan en su victimismo para no responsabilizarse de nada, todo lo malo que les ocurre es siempre por culpa de los demás, son incapaces de reflexionar y analizar sus actos y su relación con su entorno, encerrándose en su papel de víctima.

Muchas veces, tomar esta estrategia hace tener a esos gobernantes, una visión distorsionada de la realidad, creyendo que todo lo malo que ocurre es culpa de los demás, por causas externas, buscando culpables en todo momento, lo que provoca, en toda la sociedad una sensación permanente de pensar en quiénes son los buenos y quiénes son los malos, y eso genera confusión, agudiza la grieta, estigmatiza a quienes opinan diferente a su gobierno. Y la verdad, que no se trata de quien es bueno y quien es malo, se trata de pensar distinto, de tener visiones distintas, se trata de vivir en una democracia que tanto nos costó, y que hay que cuidar día a día.

Son métodos, que los vemos a diario, que en estos tiempos donde todos debemos estar mas unidos que nunca, no suman y además tarde o temprano siempre la verdad sale a la luz y la sociedad y los mismos aliados de los gobiernos que se victimizan permanentemente, comienzan a cansarse y a ver que todos nos podemos equivocar, y que es muy bueno, como método de vida, hacer autocrítica de los actos que hacemos cada uno.

Es mi deseo, que cada persona, cada político, no venda su esencia para buscar manipular a los demás dando lástima, fundamentalmente, porque para los que estamos en política, nuestro único fin debe ser mejorar la calidad de vida de los vecinos. A veces lo logramos y otras veces no, pero que siempre todos actuemos con honestidad, y no solo honestidad entendida como no corrupción, sino ser honestos con nosotros mismos, ser auténticos porque somos el ejemplo de nuestros hijos, de nuestros seguidores, de nuestra familia, y fundamentalmente cuando se gobierna, se tiene en las manos la gestión de millones de recursos económicos que hay que cuidar, y dar explicaciones siempre, siempre, siempre. Guste o no. Porque el dinero es del pueblo, no de los gobernantes de turno, lloren o no por los medios, hay que dejar de ser cobardes y hacerse cargo, en las buenas y en las malas también, porque no es justo, que en las buenas sean ellos, y en las malas la culpa siempre sea del otro.