OPINIÓN
La fábula de "la campaña de desprestigio"
Este miércoles, el intendente acusó a La Razón de Chivilcoy y a Radio Chivilcoy de formar parte de una “campaña de desprestigio muy fuerte, vergonzosa y sorprendente” en su contra.El detonante de este nuevo exabrupto del intendente fue porque en estos medios se publicaron las opiniones de concejales del Frente de Todos y Juntos por el Cambio en la que cuestionaron la cesión de espacios en el cementerio Municipal a las empresas San Nicolás y Visión luego de haber sido acusadas a principio de año de no haber cumplido con sus obligaciones, lo que derivó, después de muchas discusiones, en la imposición de una nueva tasa para la “conservación del Cementerio”.
Esta vez, a diferencia de otras, la acusación fue pública y directa, en una conferencia de prensa en la cual menciona expresamente a La Razón de Chivilcoy y a Radio Chivilcoy, cuyas páginas y micrófonos han estado siempre, y lo seguirán estando, a disposición de TODOS los actores de nuestra sociedad, escuchando y publicando todas las opiniones, para que nuestros lectores y oyentes saquen sus propias conclusiones.
No nos asombran estas actitudes del intendente ya que desde el primer día de su gestión siempre ha intentado imponer su “poder” mediante su ya conocido autoritarismo, agrediendo, amedrentado o ninguneando a nuestros periodistas y a estos medios, en cada oportunidad que tuvo.
Hace unos meses, también nos había “apretado” a través de las redes. En esa oportunidad nos amenazó con iniciar acciones legales por no “permitirle salir en algunas circunstancias a contestar” algunas opiniones opositoras. En ese episodio volvió a victimizarse y nos acusó de formar parte de una supuesta operación en la que, según él, dos políticos y un presidente de un club hablaban de “esmerilarlo”.
Este jueves, Britos colmó nuestra capacidad de asombro al referirse, en su red social favorita a una entrevista del secretario de Hacienda, Eduardo De Lillo, con Héctor Pedro Denezio en la mañana de Radio Chivilcoy que transcurrió, a nuestro criterio, con total normalidad, sin ninguna animosidad. (Subimos el audio de los 52 minutos que dura la entrevista para que nuestros lectores puedan escucharla y evaluarla).
Al finalizar la misma, el intendente tuiteó:
“Me solidarizo con el SEÑOR Secretario de Hacienda, ingeniero Eduardo De Lillo, por la falta de respeto y las agresiones injustificadas sufridas durante la nota realizada hoy en la Mañana de Radio Chivilcoy. Hecho que se reitera, además de negarnos la palabra al intendente” (Sic).
“Todo Chivilcoy sabe que no se le permite hablar al Intendente y a los distintos secretarios, salvo excepciones y después de pedir varias veces, como ocurrió con Eduardo hoy. Todo Chivilcoy también sabe por qué. No se puede tapar el sol con la mano. Sigan sí, seguiremos gobernando”
“No hay municipio donde medios de prensa INDEPENDIENTES, no cubren obras, procedimientos, actividades de gobierno en beneficio de vecinos, salidas de gabinetes a los barrios, entre otras actividades que estos medios decidieron no cubrir. Cada vecino puede sacar su conclusión”
En ningún momento de la nota, Denezio le falta el respeto ni agrede al secretario de Hacienda, eso sólo ocurrió en la mente enajenada de una persona que busca victimizarse, que llegó al gobierno con la promesa de una seguridad que nunca logró y con la propuesta de ordenar un municipio desordenado y terminó incorporando 222 empleados más y a un montón de familiares (faltan contar los que nombró en su primer año de gestión de los cuales no hay información).
En cuanto a la cobertura de las “actividades de gobierno que benefician a los vecinos”, fueron y seguirán siendo publicadas en su totalidad. Para los “eventos sociales” tiene a disposición su propio departamento de prensa, las redes sociales, su propia web y hasta un programa diario de televisión.
Queremos aclararle al Sr. Intendente que desde 1983 este país recuperó la democracia y que la época de las “botas” y “la obediencia debida” se terminó definitivamente. Que los medios de comunicación no son una comisaría y que los periodistas que trabajan en ellos tienen sus propias opiniones, ideas y criterios y que nadie les puede imponer qué pensar o qué decir o qué escribir.
En general, casi nunca contestamos los ataques de los que hemos sido objeto durante casi todos los gobiernos, pero nunca fueron con la furia e intensidad de estos últimos seis años. Esperamos que esta escalada de intimidaciones se detenga y que se nos permitan hacer nuestro trabajo y el municipio haga el suyo.