Hay espejos donde mirarse

Quienes hace mucho tiempo asistimos a cubrir las sesiones del Concejo Deliberante, observamos que se repite continuamente una conducta a pesar que el tiempo les ha demostrado, a quienes la enarbolan, que no es el camino adecuado.

¿A qué me refiero? Simple: los concejales "del Intendente" le enrostran al resto que "ellos sacaron más votos". Y que, por lo tanto, se creen con derecho a transformar el HCD en lo que se les antoje. A ellos o al Intendente de turno.

En la última Sesión se repitió la historia.

El bloque oficialista, con el apoyo de sus aliados, impulsó para su tratamiento una polémica reforma del reglamento interno que pretende acortar los derechos de las minorías.

El Concejal opositor José Ferro argumentó en contra de esa medida, recibiendo una contundente respuesta del Presidente del Bloque oficialista, Juan Ignacio Felice: "lo lamento, los que ganamos fuimos nosotros". El resultado electoral, "el número" en el parecer del edil Felice los habilita a lo que se les ocurra.

Tiempos atrás, cuando había otros Intendentes y otros concejales que se colgaban de los votos de los jefes comunales se escuchaban cosas parecidas.

Ahora bien: ¿esto fue beneficioso para esos Intendentes? A juzgar por lo que vimos después pareciera que no.

El peronismo con Jorge Juancorena en el sillón llegó a tener 12 concejales propios. Ante críticas opositoras la respuesta solía ser frecuentemente la cantidad de votos sacados. Juancorena terminó perdiendo a manos de Omar Caselles una interna en el año 1995 cuando en 1993 había alcanzado una cosecha de votos resonante.

Cuando fue el turno de los radicales, Rodolfo Bardengo supo tener concejales que rechazaban las críticas a la gestión, bajo el mismo argumento de los votos obtenidos.

La historia se repitió con Ariel Franetovich, Anibal Pitelli y Dario Speranza. "Nosotros sacamos más votos", "a nosotros nos vota la mayoría de la gente", eran argumentos esgrimidos. Y estaban respaldados en contundentes resultados electorales, que en algunos casos superaba el 60 por ciento de los votos.

¿Cómo finalizó la historia?

Perdiendo las elecciones a manos del actual jefe comunal.

No se puede hacer futurología. Y mucho menos me voy a tomar el atrevimiento de dar consejos o sugerencias ni a Britos ni a sus ediles. Pero espejos donde mirarse hay y tal vez puedan asumir que un apoyo electoral circunstancial no les garantiza que se repita siempre.

También entre los "más veteranos" de los que seguimos las sesiones del Concejo nos preguntamos cuál hubiese sido el comportamiento del actual Secretario de Hacienda, Eduardo De Lillo, si cuando era concejal (a mi criterio fue un buen edil) los concejales de otro espacio hubiesen aprobado amparándose en el número una Ordenanza para evitar las licitaciones y hacer compras directas o para reformar el reglamento interno del HCD y limitar a las minorías.

Tampoco, creo, lo hubiese aceptado muy a gusto el hoy Diputado Provincial Fabio Britos en su etapa de concejal, aunque claro está, al legislador no se le puede achacar responsabilidad alguna con la conducta actual de los ediles porque, según sus propias palabras, no estaba enterado de esas iniciativas.