¡Bienvenido Campeón!

Esta semana, el lunes más precisamente, arribo a nuestra ciudad, Matías Dagosto. Para quienes no lo conocen, es un joven, de 18 años oriundo de Chivilcoy, quien logro, en base a un esfuerzo personal y familiar, quedar seleccionado para representar a nuestro país en la Copa del Mundo de tenis adaptado, a jugarse en Portugal. Todos los que vivimos de cerca esta travesía, sabemos del valor agregado que esconde este acontecimiento, y en Matías vemos a todos los demás. Que, a pesar de las adversidades, se sobreponen, se fortalecen y nos muestran una de las facetas más lindas de la vida: La Resiliencia. Por eso, me animé a escribir esta nota de opinión, para sanar, para compartir un sentimiento que me acompaña desde que vi como las autoridades de nuestra ciudad mostraron su indiferencia ante un hecho que debería ser una fiesta para todos los chivilcoyanos, en una época donde necesitamos de ejemplos, necesitamos de inspiración, necesitamos educar en valores y hacer política con el merito… ¿Dónde estaban? ¿Cómo no se recibió a un deportista de alto nivel que nos fue a representar? De qué nos sirve a los vecinos de Chivilcoy tener 82 funcionarios, entre los cuales se encuentran los de Deporte,  Discapacidad, Ceremonial, Prensa, Gobierno .. tampoco vi a ningún concejal, mucho menos diputados, nada, y mientras volvía pensaba, bueno, estábamos quienes teníamos que estar, pero la verdad que cuando llegué a casa dije NO, obvio que los afectos tienen que estar, y son lo más importante, pero para el deportista el reconocimiento es una motivación, y por más amor de familia y amigos, la presencia de una autoridad hubiera sido para él y para todos nosotros una linda señal,  a Chivilcoy le han extirpado el corazón, eso es lo que siento. Y la política ha demostrado y demuestra ser poseedor de la mayor discapacidad : La falta de sensibilidad…

No es mi intención juzgar, pero si invitar a la reflexión, un amigo me dijo “ Cada tanto hay que mostrarse tal como es uno, sin especular” y bueno aca estoy. Como una vecina más, que veo a mi alrededor una realidad que duele, y es la de las familias que acompañan a sus hijos y que los ven dar pasos, algunos más grandes, otros más pequeños, pero siempre hacia adelante, en una sociedad que usa y abusa de la palabra inclusión pero que está lejos de comprenderla y más aún de transformarla en una bandera que nos una y nos represente a todos, porque si hay algo que aprendí, es que todos, tenemos algún tipo de discapacidad o incapacidad, todos, y algunos, solo algunos, los grandes, son los que eligen el camino de la superación, sobreponiéndose, invitando a otros a seguir su ejemplo, como Mati, espero y anhelo que también nosotros  lo  podamos hacer, como sociedad, y que nuestros gobernantes miren hacia adentro al hablar de discapacidad y puedan reflexionar, siempre hay tiempo tiempo de cambiar.