Opinión
Críticas no constructivas
Leo y escucho casi a diario en los medios locales voces críticas de todos los frentes políticos para con sus adversarios. Hay de las criticas que tienden a ser constructivas, respecto a cosas que se podrían hacer de tal o cual manera para obtener mejores resultados o gestionar mejor las cosas y hay otras que son solo criticas para estar en el escenario, que carecen de valor y están lejos de estar basadas en la aplicación del más mínimo grado de sentido común.
En una nota que leí en estos días el Intendente Dr. Guillermo Britos, estando en la mira de la crítica de varios espacios respecto al control que se está procediendo a hacer en las calles de nuestra ciudad al tránsito y en especial a los moto-vehículos y al uso del casco, reza que él como máxima autoridad del Municipio asumirá el costo político negativo de la medida. Esta frase me lleva a una conclusión disparatada… “¿Costo político por incentivar y ejercer los controles que se deben hacer para regularizar una situación que esta desmadrada y que pide respeto a la reglamentación establecida? Vivimos en el mundo del revés. En la misma nota el Intendente me robó una frase que me habrán escuchado decir muchas veces respecto al comportamiento que tenemos siendo transeúntes en la vía publica, “somos hijos del rigor” y muchas veces di el ejemplo que ante las multas onerosas e importantes hacemos caso omiso a las normas de tránsito, como cuando estamos manejando en CABA o en alguna Provincia que aplica multas ante el incumplimiento de las normas que sabemos no tenemos que infligir cuando estamos sobre una moto o detrás de un volante. Al rendir el examen para tener el Registro de Conducir lo aprobamos sólo respondiendo correctamente y sabiendo muy bien qué se debe y qué no se debe hacer cuando somos parte del tránsito, y también entendemos y adherimos a saber las consecuencias de lo que pasa si no cumplimos con dichas normas. El no cumplimiento no solo será multado, en muchos casos nos lleva a la muerte, y parece que de eso no tomamos conciencia.
Hoy veo discutiendo y dando opiniones a políticos y vecinos por la supuesta intolerancia respecto al uso del casco en las motos, y la verdad me da vergüenza esta discusión. Seguro van a saltar voces diciendo que esto es una medida en contra de alguna clase social, otro va a levantar la bandera de la necesidad recaudatoria de la actual gestión y tantas otras voces con distintos puntos de vista, que en algunos casos hasta tienen un grado de justicia, pero no son plausibles, desde mi humilde mirada esta medida no tiene discusión.
¡¡¡Estimados vecinos, el uso del casco reglamentario salva vidas!!! Es una norma de nivel Nacional, Provincial y Municipal y podemos charlar si el monto de la multa o la burocracia para hacerse del motovehículo después de secuestrado son demasiado altos y lentos, pero nunca podemos criticar que se esté apostando a la vida. Las críticas constructivas se tienen que dar en las legislaturas correspondientes que podrán modificar ordenanzas y los montos de las multas, reorganizar la burocracia administrativa para hacer trámites más rápidos, y hasta exigir más y mejores propuestas de puesta en conciencia del uso de los elementos de seguridad que tienen nuestros vehículos, pero tenemos que, de una vez por todas, entender que: Si Juan hubiese tenido el casco puesto cuando chocó contra el auto que se cruzó y pegó con la cabeza en el parante hoy estaría entre nosotros, que cuando Daniel y Julieta que llevaban a la bebé en brazos en la moto y se cayeron los tres por una mala maniobra no estarían hoy viendo a su hija en una silla de ruedas y no pudiendo caminar, o cuando Pedrito, con solo 17 años por esquivar el lomo de burro por el espacio que queda entre el bulevar y el lomo se comió de lleno la columna con la cabeza y falleció después de 1 mes en coma.
Esta medida no se toma para cobrar multas y con eso cubrir el valor del entierro de Juan, no es por lo que sale el tratamiento de la hija de Daniel y Julieta en un hospital, tampoco es por el costo de la terapia intensiva donde estuvo Pedrito un mes hasta abandonar este mundo… debemos tomar conciencia que todos conocemos o somos familiares de un Juan, un Daniel y Julieta o un Pedrito, velemos por la vida de todos y que cumplamos con las normas para que haya menos de estos casos y un mejor y más ordenado tránsito vehicular en Chivilcoy.