Opinión
Desconocimiento, mentiras y verborragia impune
Por Fernando PoggioDías atrás el intendente municipal Guillermo Britos volvió a hacer gala de su profundo desconocimiento y desprecio por las facultades que tiene el Concejo Deliberante (HCD). Aseguró que los concejales no pueden aprobar ordenanzas que afecten presupuesto y que no le pueden decir qué obra o qué trabajo realizar.
La Ley Orgánica de las Municipalidades, que reglamenta el funcionamiento de los municipios bonaerenses, tiene decenas de artículos que dejan bien claro que la aprobación de obras en los espacios públicos y dependencias municipales son una facultad del Concejo Deliberante. Y es el Ejecutivo quien las debe ejecutar cumpliendo con el carácter imperativo de la ordenanza.
Días atrás, Britos dijo muy suelto de cuerpo, que el Concejo no le puede decir al intendente que ponga en condiciones una habitación en el Hospital para el descanso del personal porque eso lo tiene que hacer el Secretario de Salud. “Esa ordenanza no es legal, no es función del Concejo Deliberante”, aseguró a los medios de prensa.
Se suelen escuchar disparates de boca del Intendente casi a diario, especialmente descalificaciones injuriosas hacia distintos dirigentes políticos, periodistas e incluso a vecinos que realizan algún reclamo, pero lo que afirmó en relación al proyecto de ordenanza que fue aprobado por un total de 11 votos contra 7, presentado por el espacio político Juntos, supera todo lo conocido.
Hay que enfatizar que, claramente, sí es función del Concejo aprobar este tipo de ordenanzas y sí pueden afectar presupuesto. Lo que aclara la Ley Orgánica de las Municipalidades (LOM), es que esos proyectos no pueden desfinanciar al Municipio. O sea, que se hagan proyectos sin que se especifique de dónde salen los recursos para poder llevarlo a cabo. No sería este el caso. Nadie en su sano juicio puede creer que llevará al Municipio a la quiebra financiera el tener que acondicionar una sala del Hospital Municipal para que el personal pueda tener un espacio de descanso en un ámbito de gran demanda y exigencia sobre los trabajadores y trabajadoras.
En este sentido, hay centenares de otros ejemplos muy claros y similares respecto a las facultades que la LOM le otorga al Concejo Deliberante: es el caso de la ordenanza que estableció la demarcación de los lugares para estacionamiento exclusivo para motocicletas en las calles de la ciudad, que todos conocemos y hemos visto alguna vez. Este fue un proyecto presentado por el concejal Lucas Burgos, del mismo espacio político que el intendente Britos quien, como intendente, debió darle cumplimiento. Y esa ordenanza afectó presupuesto porque se ordenaba al Ejecutivo la construcción de “corralitos” para que allí estacionasen en forma gratuita las motocicletas en áreas céntricas o donde el Ejecutivo considere necesario. Ese proyecto fue aprobado (creo que por unanimidad) y se ejecutó utilizando fondos municipales con la colocación de caños metálicos. ¿Es que acaso, para la lógica del Intendente, algunos proyectos sí pueden afectar presupuestos y otros no, depende de quién los presente?
Esto indica que, para Britos, la Ley sólo aplica para sus intereses políticos y no para todo lo que taxativamente establece esa ley. Y es lo que viene realizando desde hace muchos años en otros temas también.
Le puede no gustar el proyecto y está en todo su derecho. Puede creer que nadie le puede venir a decir qué debe hacer o no, pero esto no quiere decir que no se pueda. Y además, puede vetar (anular) las ordenanzas que el Concejo Deliberante aprueba, porque eso sí está dentro de sus facultades, siempre y cuando lo haga según las indicaciones de la Ley, como así también el Concejo Deliberante puede volver a ratificar dicha ordenanza a pesar del veto.
Usando su verborragia impune, el Intendente miente deliberadamente o ignora lo que dice la legislación. Lo primero es un intento de engaño a todos los vecinos y vecinas de Chivilcoy, inclusive a aquel porcentaje de votantes que lo eligió como jefe comunal que siempre menciona cuando la oposición quiere poner en discusión algún tema. Lo segundo, la de desconocer las decisiones del Concejo, es aún peor. Si ignora o decide ignorar lo que la ley dice con total claridad sobre las facultades que tienen el HCD y el Ejecutivo, está incurriendo en una falta grave que podría quedar tipificada como incumplimiento de deberes de funcionario pero, además, está atentado contra la división de poderes, uno de los principios rectores de nuestra democracia, arrogándose para sí, facultades que no le son propias.
Concejal FdT/Unidad Ciudadana (Mandato cumplido)