Opinión

¿Nos toman por boludos?

Por Leandro Crespi
sábado, 31 de diciembre de 2022 · 01:50

Este año, Graciela Fernández Meijide fue distinguida con la Orden de Comandante de la Legión de Honor de la República de Francia. La máxima condecoración de  ese país en reconocimiento a su lucha en la defensa de los derechos humanos durante la dictadura militar.

Graciela, a sus 91 años tiene una lucidez y compromiso con el futuro que asombra a propios y ajenos: “Cuando vi que se armaba un pensamiento del espejo retrovisor tan retrógrado, la idea de que todo lo que pasó en los ‘70 fue bueno, junto con la heroificación de los que lucharon en las organizaciones armadas, yo me prometí que iba a pelear contra cualquiera al que oyera hablar de la legitimidad de la violencia como herramienta de la política”.

El costo de los alimentos aumentó 300% desde comienzos de 2020, los ingresos acumulan caídas que van del 20 al 35%. Para tomar una real dimensión de lo que sufre la clase pasiva -tan supuestamente tenida en cuenta- 2,8 millones de jubilados cobran la mínima de $ 60.124. La línea de indigencia para una familia tipo llega a $ 62.106 y el Indec considera que el costo de la canasta básica total asciende a $ 139.737 para una familia tipo, -pareja con dos hijos-.

Nadin Argañaraz importante tributarista ha determinado que, desde diciembre de 2017, los jubilados acumulan una pérdida en sus haberes mínimos de $ 450.000 millones.

En lo que va de 2022, el agujero suma $ 94.000 millones. Argañaraz estima que, desde diciembre de 2017, el Estado ahorró 6,3 billones de pesos. O sea, se quedó con 6,3 billones de los jubilados.

La portavoz Gabriela Cerruti ha dicho: “Hay una sensación de estabilización en muchísimos temas. Se está remontando la pérdida del salario que hubo durante cuatro años de macrismo, de casi catorce puntos”.

Ya sabemos, ya tenemos en claro, que el sector perdidoso fue siempre el mismo, el conjunto de la sociedad y que ambos gobiernos no pueden enorgullecerse de logros económicos. Lo único que falta es que nos quieran tomar por boludos.

En estos días han sacado de la Plaza Principal lo que fue un hermoso aguaribay al que se cansaron –choripaneadas constantes- de echar las brasas luego de los asados.

A nadie le importa el espacio público, será por eso que tampoco se cumple con la ordenanza que establece cada cuantos metros debe haber un árbol en las calles de la ciudad, como se talan árboles indiscriminadamente sin culpa ni sanción alguna. Eso sí, llega esta época de calor y todos se zambullen a la sombra de un árbol ajeno…

Estuvo la ministra de Desarrollo Social en nuestra localidad repartiendo cinco playones deportivos y otras cuestiones menores.

Hubiese resultado grato que las autoridades locales le reclamaran cuestiones más importantes para nuestra comunidad, o quizás, incumplimiento de promesas vanas como el inicio de la obra de la Autovía de la Ruta Nacional N° 5, que resulta una mentira dolorosa por razones que todos conocemos. También se le podría haber solicitado que tengamos una rutina diaria para el servicio ferroviario tan lento y dificultoso en los horarios y días ofrecidos.

Vienen de paseo al interior a mostrar su buena predisposición para obras que nadie pidió, para no hablar de las verdaderas necesidades: sanitarias, de seguridad, que se sufren a diario.

Pareciera que les basta la fotito y el saludo protocolar, no se avizora un trabajo serio, responsable y planificado que se ocupe de los problemas e inconvenientes de verdad.

Días pasados, me encontré con un funcionario del actual gobierno municipal y salió el tema de los autos vandalizados en la vía pública, a él no le pareció importante y me expresó que lo bravo estaba en ciudades como Mercedes y Luján, donde ahí sí está bravo porque los delincuentes entran de caño en las casas como si nada. Lo escuché con atención y respeto porque creo que es lo que se merecía, pero no dejaba de pensar en la frase: tenemos la mejor seguridad de los últimos treinta años…

Prefiero recordar con alegría y con satisfacción las palabras de uno de los integrantes de la selección nacional de fútbol, Rodrigo de Paul: “La realidad es que nosotros jugamos por amor a los colores, a la camiseta, a nuestro país. Vamos a sacarle una sonrisa a la gente que le cuesta llegar a fin de mes, que con el fútbol puede desconectar” o, en el mismo sentido, la frase de Dibu Martínez “Lo hago por 45 millones de argentinos. El país nunca pasa un buen momento económico y darle alegría es lo más satisfactorio que tengo en este momento”.

Reflexionemos para el inicio del 2023 de la mejor manera posible; por nuestros afectos, por nuestros sueños y por nuestras necesidades de un futuro mejor, porque, como decía Enrique Rojas, “La derrota enseña lo que la victoria oculta”. 

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