Opinión

Narnia, el país de la política argentina

por Pablo Poggi (*)
domingo, 30 de octubre de 2022 · 02:42

“Jamás en la conducción política hay que obligar a nadie, hay que persuadir a todo el que se pueda”. Juan Domingo Perón

Cuantas cosas nos vienen sucediendo, calamidad tras calamidad. Cuantas cosas evitables no estaría padeciendo nuestro pueblo si la dirigencia política estuviera con los pies en la tierra y la cabeza en la racionalidad de una agenda real, de problemas reales a solucionar. Cuantas cosas no estarían sucediendo si la dirigencia política no fuera tan promiscua. Cuantas cosas.

Sin dudas estamos tocando fondo, estamos en una caída libre sin precedentes en nuestra aún fetal democracia con consecuencias imaginables al corto plazo, corto plazo devastador para los próximos diez años, donde llevaremos nuestra sociedad a una decadencia política que le costará mucho volver a encausarse en el camino de las ideas. Y todo esto es responsabilidad de una dirigencia política que ha decidido instalar su sede en Narnia: ese maravilloso país donde la realidad es una bella fantasía.

La política vive en Narnia y el resto de los mortales en esta situación terrenal donde nos empujan todos los días un poquito más a devorarnos, odiarnos y matarnos entre nosotros, aportando todos los días una cuota más a la frustración generando el caldo de cultivo a expresiones político-ideológicas como las de Milei, un neofacismo analfabeto al servicio de la especulación financiera marginal, que va a tener muy buenos números en las elecciones del 2023, Milei no es un loquito, es un gran actor interpretando un papel que hace dos décadas vienen invirtiendo en él varias cajas negras. Milei es la mejor muestra para comprender la contundente irresponsabilidad de la política.

En Narnia también viven los amarillos Pro-tácticos, que están ocupadísimos en sus internas sectoriales, corriendo una carrera alocada para ver quién se pone más a la derecha de la derecha (táctica que a Milei le viene como anillo al dedo, Durán Barba se los dice a cada rato) y recurren a la vieja antinomia de halcones y palomas, pero en realidad son todas gallaretas de cañada, sin otra idea que seguir fomentando este gran negocio para unos pocos que es la dichosa “grieta”.

Los sacudió un poco la aparición del radical desteñido Neurus Manes, que con ese discurso científico e intentando rearmar la mística alfonsinista de la década del ‘80 pretende dar la batalla interna que no se la van a dar sus propios correligionarios, porque parafraseando nuestro apotegma “para un radical, no hay cosa peor que otro radical”, por lo tanto al Dr. Neurus lo veo más en un armado por fuera (hay algún rum-rum dando vueltas que estarían dialogando varios dirigentes entre ellos nuestro compueblano Florencio “Locomotora” Randazzo, pero no son más que versiones de pasillos y cafetines) que peleando una interna que será un capítulo más de una guerra de servicios de inteligencia (anoten, y después me cuentan).

Para la izquierda me alcanza un renglón porque nació en Narnia.

Por último quiero decir algunas cositas del gobierno del Frente de Algunos que han trasladado la no gestión al corazón de Narnia y se comieron la llave del ropero. Gobierno que ha fracasado y ha profundizado los problemas que, supuestamente, venían a resolver. Un gobierno que ha tomado la decisión de picarse el boleto al devorarse entre ellos en una interna irracional e irresponsable. Alberto que tiene la construcción política de una polilla y Cristina que ha tomado la decisión de ocuparse de sus problemas y dejar el timón político de su espacio al nene, que claramente no está a la altura, hablar bien es una cosa y conducir política es otra. Cristina vuelve a encerrarse en la unidad ciudadana sectaria y hermética y responsabilizar al presidente del desastre, sin embargo y aunque duela aceptarlo, Cristina condujo al pueblo argentino a este fracaso indiscutible, donde ya las excusas son casi guiones humorísticos. El espacio que conduce “la jefa” cada vez más alejado de la realidad pero cada vez más cerca de las cajas de financiamiento (la voracidad de La Cámpora por la guita y los negocios es descomunal, no hace falta irse muy lejos para ver), han erosionado un gobierno que venía con el propósito de saldar el desastre de Macri y sus secuaces, sin embargo se metieron en el ropero y empezaron a planificar las fantasías con un modelo de gestión recreado por la tilinguería académica porteña con conceptos de la progresía que vive pensando en la pobreza desde las oficinas de Puerto Madero, alejados del racionalismo y fundamentalmente de la doctrina peronista. Todo este descalabro que sin dudas llevará al peronismo, el año próximo, a su peor elección en su historia. Sin democracia interna, con la decisión de “la jefa” de conducir solamente su sector y dejar a Sergio Massa y el plan económico de la Embajada de EEUU al frente, sin dudas será una derrota memorable. Pero lo más grave es que siguen viviendo en ese cuento de hadas, con discursos que le hablan a un sujeto social que le importa un carajo lo que dice Chomsky, lo que quiere es volver a comer un asado todos los domingos, ese sujeto que tiene una Pyme y quiere apostar a la producción y no a la timba financiera de la tasa del 117%, ese sujeto que sale a laburar todos los días y ve como la inflación y la inacción de un gobierno le devora el salario en diez días y no hay bono de 45mil para él, ese sujeto que quiere comprender como es posible que la papa y la cebolla sean caras para comprarlas, ese sujeto social que quiere vivir en paz, que quiere vivir con dignidad, que quiere vivir humanamente; esos sujetos que nos cruzamos todos los días en la calles y que nos merecemos una dirigencia política que esté a la altura para volver a poner la política en su lugar, no es esta porquería intolerable y vulgar a la que la han llevado. La política no es este chiquero de mediocres y obsecuentes, la política no es llevar a patadas en el culo a nadie a ningún lado, ni siquiera al paraíso, la política es el debate de ideas, de principios y de valores, pero lamentablemente para volver a eso vamos a tener que transitar por esta debacle inmunda a la que nos han llevado los habitantes de Narnia, esa Narnia que no los deja ni pensar ni vivir como viven la gigantesca mayoría del pueblo argentino, porque cuando los confunde el privilegio, es porque jamás tuvieron en claro sus ideas.

Ojalá los peronistas nos volvamos a encontrar en nuestras 20 verdades y nuestra maravillosa doctrina; ojalá los radicales vuelvan a sus fuentes, los liberales a sus pensadores, la izquierda a sus inspiradores y podamos volver a la política como lo fue en otros tiempos, tal vez no lo vea, pero al menos me siento en la obligación de decirlo.

(*) Xx Cxncxjxl

Comentarios

31/10/2022 | 09:52
#164795
Adhiero en todo Pablo, no se puede explicar mejor esta lamentable etapa.