Pocas luces

Escena uno: La semana pasada tuve que buscar una encomienda al Parque Industrial. La nueva Bicontinentar está albergando mucha cantidad de motos y autos en su estacionamiento y eso quiere decir, en principio, que la actividad prospera. Más allá de algún que otro camión circulando por la avenida de acceso, lo que me llamó la atención es el nivel de deterioro del parque. Carteles viejos, pastos altos, alambrados rotos. Falta de señalización vial y una mínima infraestructura que motive a radicar o mantener una empresa.

Escena dos: Pasar por la calle Pellegrini y ver el deterioro edilicio de la Escuela Técnica da verdadero escalofrío. Paredes sucias y despintadas, el cartel de los 100 años abandonado, nada que motive mínimamente a un jovencito a cursar allí su escolaridad media.

Yo me pregunto, ¿a ningún funcionario municipal le importa estos abandonos? ¿Acaso hay un regodeo en que algunos lugares o monumentos de la ciudad muestren su deterioro? Pregunto con toda la mejor intención de escribir una columna colaborativa. Sé perfectamente que no sobran recursos económicos, pero no podemos sacrificar, así como así nuestros planes de futuro.

No pido ser vanguardia bonaerense creando algún “pico satélite” como en la Escuela Técnica de Mar del Plata, lo que digo es no “disfrutar del abandono” de lo que deberían ser nuestros “polos estratégicos de desarrollo de innovación del conocimiento y la producción”. Hay un puente invisible (hoy en día, lamento decirlo: ruinoso) entre nuestra Escuela Técnica y nuestro Parque Industrial.

El grado de iniciativa e innovación de las actuales autoridades chivilcoyanas es a ojos vista, escaso. Tal vez las responsabilidades institucionales sean de las autoridades nacionales (en el caso de la Escuela Técnica) y del Consorcio administrador del Parque Industrial, pero como gobierno municipal, como centro de organización, poder y administración de recursos y sueños colectivos locales, la Municipalidad no puede ser indiferente. Nuestro sistema educativo tiene que brillar para atraer las ganas de estudiar y construir un futuro. Nuestro Parque Industrial debe brillar para atraer inversiones y mano de obra que quiera ser parte de un lugar pujante y acogedor.

¿Es muy difícil visitar otras escuelas y otros parques industriales para encender la chispa de lo que está bien y mejor? ¿Es muy difícil conseguir la pintura para que las cosas estén más higiénicas y embellecidas? En el caso que ni siquiera tengan recursos para viajar a aprender cómo otras ciudades similares a nosotros son un verdadero modelo de Estado presente, hagan al menos una rifa de recaudación.

En las tasas municipales de enero ya entró el fondo para potenciar el Cementerio. Fin de la nota.

Seguimos pensando.