Opinión

María y un enero de terror

Por: Leandro Crespi
domingo, 23 de enero de 2022 · 02:16

La radio emitía su programa, informaba que desde el año 2001 al 2021 el PBI había caído un 15 %, la inflación fue de un 1.500 % y que la pobreza subió del 27 al 47%.

María es una mujer trabajadora y emprendedora que ha dejado los mejores años de vida trabajando para lograr un bienestar, es una mujer positiva, muy simpática y solidaria. Todas virtudes que sus vecinos, conocidos y amigos valoran y quieren. Había empezado el mes de enero con calor como todo el mundo, con poquísima presión de agua y cortes de luz periódicos. Pero aún aguantaba los cimbronazos climáticos, sabía que, a su edad, luego de una vida de trabajo tiene que disfrutar de su familia y de las cosas simples de la vida. Ha construido un patrimonio con trabajo y con esfuerzo, posee tres inmuebles; en uno vive y los otros dos los tiene alquilados obteniendo una renta que sumados a su jubilación mínima le permiten vivir. Cuenta cada gasto porque toda su vida ha sido muy prudente en su economía personal. Cuando oyó que iban a aumentar las tasas entendió que obviamente iba a pasar. Lo que no imaginó es que el aumento iba a ser del 50% en el primer mes, había escuchado que el Secretario de Hacienda en sus declaraciones dijo que primero sería del 35% y para julio otro 15%.

El clima y la falta de presión del agua, más los cortes, la habían alterado. Lo que no imaginó es que en las boletas de las tasas municipales iban a cargarle un ítem con deuda que debería pagar mensualmente y que multiplicado por 12 meses eran casi $5.000 .

Fue a Rentas de la Municipalidad y luego de aguardar casi dos horas (había más de 10 personas reclamando) fue atendida muy amablemente por una empleada que luego de revisar sus boletas le informó que había sido un error del ¨Sistema¨. Le imprimió las nuevas y ahí preguntó por la conservación del cementerio, la empleada no supo explicarle. Pidió hablar con el Director, pero no se encontraba presente. Es más, le dijeron que él atiende casos especiales. Le contestó que ella era una ciudadana y que tenía la obligación de atenderla. Pero parece que ese día no había ido el Director.

Empezó a escuchar la radio y a leer los medios recabando información y también entre sus conocidos.

Es ahí cuando se anotició que se dejaba de abonar el canon por conservación de nichos pero que ahora se cobrará una tasa municipal genérica, destinada al mantenimiento y conservación de la necrópolis local.

Hay una innumerable cantidad de vecinos que saben que aunque no usen los colectivos ellos con su pago ayudan a que haya un servicio de transporte accesible para todo el mundo. Hay también una tasa de Seguridad y también sabe que puede ser necesaria.

Pero su duda estriba en por qué tiene que pagar multiplicado por 3 una tasa del cementerio cuando en realidad resulta abusiva porque se paga por cada inmueble que posee.

Teniendo en cuenta sus palabras y escuchando al funcionario de Hacienda decir que la tasa es insignificante. Siento que se ha perdido la empatía. Que pareciera que el vecino de carne y hueso fuese un súbdito y no un ciudadano que merece comprensión y respeto. Que si alguien logró al cabo de una vida de trabajo tener una o más propiedades y que gana una jubilación o pensión mínima no puede ser considerado alguien pudiente.

Todas estas situaciones, multiplicadas por la cantidad de vecinos que están quejándose en silencio, me llevaron a estudiar el tema desde un punto de vista jurídico, empecé a analizarlo y llegué a la conclusión de que era una tasa inconstitucional.

Pero, mis conocimientos de Derecho Constitucional me resultaban insuficientes y quería de alguna manera tener certezas. Ahí se me ocurrió molestar -en plena feria judicial-, a un colega que es amigo del Dr. Daniel Sabsay.

Mi amigo hizo de puente y hace unos días pude hablar con el especialista y profesor de Derecho Constitucional, dándome la certeza en sus palabras: ¨Hay una proliferación de tasas municipales que no tienen un carácter retributivo.

En realidad esas Tasas Municipales violan el principio de legalidad y no respetan la proporcionalidad¨.

Ojalá me hubiese equivocado, ojalá los ciudadanos tuviéramos la suerte de tener representantes que tengan en cuenta al prójimo al momento de tomar decisiones que afectan al conjunto de la sociedad que, de tan apaleada, hoy se queja casi en silencio, pero que en el día a día lo expresan hasta en la mirada.

25
10