Opinión

Agronegocios y el ejemplo de Pergamino

Por Marcos C. Isla Burcez
sábado, 22 de enero de 2022 · 08:00

Mientras que en ciudades como Pergamino marcan la pauta de lo que debe ser una buena legislación en materia de control de fumigaciones con agroquímicos, no hay definiciones políticas en Chivilcoy respecto a este tema, que es más preocupante de lo que parece.

Durante la semana, se conoció que, en esa ciudad, una avioneta fumigó a 21 trabajadores rurales que estaban en las inmediaciones de un campo, con una sustancia “fosforada”, por lo que debieron ser internados en un hospital por intoxicación. Ayer se conoció que desde el Departamento Delitos Ambientales de la PFA, secuestraron una avioneta utilizada para fumigar y sigue la investigación para determinar las responsabilidades de este hecho.

El antecedente de esta noticia es que en septiembre de 2019, el Juzgado Federal N°2 de San Nicolás, en Buenos Aires, prohibió la fumigación en las cercanías de la zona urbana de la ciudad de Pergamino y fijó un límite "restrictivo y de exclusión" de 1.095 metros para aplicaciones terrestres y de 3 mil para las aéreas, luego de conocerse resultados de estudios que determinaron la "presencia de daño genético en los organismos de las personas", a causa de agroquímicos.

Desde hace más de tres años, existen dos proyectos de ordenanza, uno de ellos de la Sociedad Rural de Chivilcoy y el otro del entonces bloque del PJ Cumplir, para que se normatice la actividad de fumigación, proyectos que, por ahora, duermen en los cajones del Concejo Deliberante. Durmieron en la anterior conformación del cuerpo de concejales y se espera que despierten en este nuevo Concejo Deliberante, compuesto, al menos en las apariencias, de manera diversa en cuanto a orientaciones políticas.

Una “mesa de trabajo”, compuesta por concejales de todos los bloques, funcionarios municipales, el ámbito de la educación, colegios de profesionales y organizaciones de vecinos para trabajar en este sentido, simplemente se disolvió, llenando de interrogantes respecto a que si la salud de la población es prioritaria o no, o qué intereses hay detrás de todo esto.

Las esperanzas no parecen ser muchas, cuando al analizar las plataformas políticas de los partidos que actualmente integran el Concejo Deliberante, no se hizo mucha mención, por no decir ninguna, a la cuestión ambiental, ni mucho menos a una acción política sobre los agronegocios, tan insertos en nuestra ciudad.

Vale destacar que desde hace tiempo, los vecinos agrupados han realizado miles de advertencias sobre lo que significa no tener una normativa que regule esta actividad. No se trata de prohibir, sino de discutir algo que no sea peligroso para las comunidades, poner el tema en la consideración política.

En tanto se buscan razonamientos científicos respecto a que si los herbicidas son venenosos o no, normativas para que se hagan ciertos controles de esta actividad siguen cajoneadas desde hace mucho tiempo y se siguen aplicando sin control alguno, o a lo mucho, con las “buenas prácticas” definidas por los “agronegocios”, por lo que sería conveniente que el estado municipal, en consonancia con el estado provincial y nacional, pongan la lupa en esta situación que, realmente, preocupa a la comunidad. Bastaría con ver el ejemplo de la ciudad de Pergamino.

En una entrevista que LA RAZÓN realizó el año pasado a Alfredo Dorrego, de la Mesa por el Agua y el Medioambiente de Chivilcoy, expresaba que “en la cuestión ambiental necesitamos el apoyo de la política y no lo encontramos” y añadió que “se termina todo enredado en favor de los intereses de las corporaciones que manejan el agro en Argentina”. ¿Será diferente en esta oportunidad?

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