Economía
El virus de la inflación
Por Martín Herscovich - EconomistaArgentina es de los pocos países del mundo que tienen alta inflación. Es una enfermedad con la que convivimos hace muchísimo tiempo y pareciera que a ningún Gobierno le interesara encontrar la cura.
En los últimos 12 meses el aumento de precios alcanzó un 48% mientras que en los países de la región como Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia no superó el 8%. La excepción es Venezuela con más del 5.000% de inflación.
El gobierno y, lamentablemente, mucha gente cree que la culpa del aumento de la inflación la tienen los empresarios que cometen “avivadas” y suben los precios para ganar más plata. Si así fuera, en todo el mundo habría inflación o acaso creemos que los empresarios argentinos se comportan distinto que los paraguayos, mexicanos, rusos o italianos.
Los precios se mueven en base a la oferta y la demanda. Si hay mucha oferta de un bien y poca demanda, su precio tenderá a bajar. Si hay poca oferta y mucha demanda, tenderá a subir.
¿Qué es lo que distingue a la Argentina de los demás países? Que ninguno de nosotros queremos tener en nuestro poder a nuestra moneda. Cuando agarramos un peso, lo gastamos. Lo gastamos en bienes, servicios o dólares. ¿Qué significa esto? Para el peso hay poca demanda y muchísima oferta debido a que el Gobierno ha emitido y emite billetes en cantidades estrafalarias porque los recursos no le alcanzan. Gasta por encima de sus posibilidades. Al haber poca demanda y mucha oferta, el peso pierde valor frente a todos los demás bienes.
No es solo culpa del actual gobierno. Llevamos décadas en las que el Estado gasta más de lo que recauda y pareciera nunca alcanzarle porque cada vez nos ponen más impuestos.
La contracara del aumento en la cantidad de billetes es una oferta de bienes y servicios estancada, producto de cada vez menores niveles de inversión. Sin inversión, no hay producción. Menos producción y más billetes = inflación.
¿Por qué no hay inversión? Porque la presión impositiva es muy alta, porque no hay reglas de juego claras y duraderas, porque los empresarios no saben a cuánto van a poder comprar sus insumos mañana y mucho menos a cuánto van a poder vender sus productos. Si ustedes tuvieran 1 millón de pesos ¿pondrían un negocio, comprarían maquinas o equipos, contratarían empleados, se arriesgarían?
Y si en vez de probar con controles de precios que ya fracasaron, cierres de exportaciones que ya fracasaron y otras políticas nefastas; porque no prueba el Gobierno gastando lo justo y necesario y generando condiciones de estabilidad para que haya más empresas, produciendo más bienes y de esa forma lograr la tan ansiada estabilidad de precios. ¿El camino es más largo? Sí, pero es el único posible para lograr una moneda fuerte y confiable que nos permita acceder a todos a una mayor calidad de vida sostenible en el tiempo.