Opinión

JIBAROS La política de los reductores de cabezas

por Pablo Poggi (*)
domingo, 5 de diciembre de 2021 · 01:44

Hace unos años decidí retirarme de la vida política activa para dedicarme de lleno al ballet clásico, era una de las cuestiones que tenía pendiente, lamentablemente tuve que dejar la danza porque empecé a tener problemas con los suspensorios y las zapatillas de punta de silicona, entonces decidí volver a husmear la política, pero, desde una especie de ventana virtual, mirando como si fuera la pantalla de un plasma. Así, entonces, comencé a darme cuenta que algo había pasado, que algún fenómeno había ocurrido y yo no me había percatado. Comencé a averiguar si hubo alguna caída de meteoritos, si algún avistamiento UFO se había registrado (solo me dijeron que ya no se fabricaban más esos jeans), si la pandemia había dejado secuelas más profundas que las conocidas, pero no. No hallé ningún registro de esta naturaleza, entonces encontré, luego de observar algunas discusiones políticas de los últimos días, la explicación a estos acontecimientos: sufrimos una invasión Jibara. Por lo que pude averiguar habrían arribado en colectivo y se habrían instalado en un monte de Palemón Huergo, al grito de “sumuba unta falala taca, empembe fito” que en shuar-chicham (dialecto jíbaro) significa: “sorbete y cuatro de copas, la política en pelotas”, aún no se sabe si es un grito de guerra o si llegaron todos en pedo.

Lo cierto es que, según parece, han decidido poner en marcha un plan sistemático para recudir cabezas de actores políticos locales en una alianza estratégica con “les muchaches” de “La Cámpera” (ex- La Cámpora, que han decidido comenzar a llamarse así para estar a tono con el frío de dormir afuera desde el 2015) y por lo que pude averiguar el nexo entre el jefe Jibaro Omeme Tutú Calele (Viruta Giménez en castellano), sería el diputado nacional Medallita Milagrosa Yapor y uno de los puntos del acuerdo es agua por vino, es decir, Tutú Calele lleva bidones de agua y el diputado nacional con imposicion de glúteos los convierte en vino.

Si, evidentemente pasan cosas extrañas en Chivilcoy, estimadas lectoras, lectores y lecteres, estamos frente a esta invasión Jíbara y se están reduciendo los marotes de nuestros políticos de forma asombrosa, tan asombrosa que entra todo en un sorbete, menos mal, casi indoloro. Pasan cosas extrañas en nuestro querido terruño, desde abducciones en la Av. Sarmiento y caen clavados en la Avenida Rivadavia 1864 (CABA), pasando por concejales que echan la “falta envido” y tienen 4 de copas y dos negras, el ex intendente que tras su nueva frustración electoral usa los resultados para publicitar su actividad privada “cuartos, cómodos y calentitos”, el edil que renunció pero nunca se fue y que ahora promueve “la revolución de los dignos” vestido de Winnie Pooh (el único disfraz que había para su altura), la nueva composición de nuestro Concejo Deliberante que cada vez que sesione no sabremos si será una reunión del HCD o el Círculo Médico, el ex funcionario municipal con apellido de vino dando lecciones de moral con la bragueta abierta, y si algo me faltaba ver para creer que estamos en una realidad paralela, era ver flamear la bandera de Mao Tse Tung en un acto del oficialismo local, sinceramente no creo que exista la droga que te pegue semejante viaje.

            Así estamos, con los reductores de cabezas haciendo todo lo posible para que la política este todos los días un poquito más lejos de la gente, para hacer de la política una minoría privilegiada que no entiende que un kilo de carne cuesta 900$ con sueldos de 30.000, que no se puede seguir en este barco a la deriva discutiendo huevadas por la radio, el pueblo de Chivilcoy no les paga el sueldo para eso, reflexionen y vuelvan a poner la política en valor, vuelvan a poner las ideas por encima del conventillo barato. Es exasperante el comportamiento de algunos dirigentes impregnados de una ignorancia política e intelectual que dan pena, tanta pena que voy a volver a ponerme los suspensorios e intentar llegar a la Quinta Posición sin que los amigos (si aclaro sería escatológico) no se me suban a la garganta.

(* Concejal Mandato Difuso)

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