Opinión
Sinvergüenzas
Por: Diego ManusovichTodo el arco de la oposición, días previos a la votación del presupuesto nacional, dijo que iba a votar en contra. Con argumentos infantiles o simplemente inflando el pecho, los representantes de Juntos, impidieron que el gobierno pueda tener su “ley de leyes” para afrontar el próximo año.
Parece increíble para cualquier persona de bien; los mismos que en 4 años convirtieron el mejor salario en dólares de Latinoamérica al peor, que aumentaron tarifas por 4.000 porciento asfixiando a 26.500 PyMes, que aumentaron la pobreza en casi 9 puntos, los que endeudaron al Estado en 100.000 millones de dólares entre préstamos privados y con el FMI condicionando (en realidad encadenando nuestra dependencia económica) a varias generaciones de argentinos, ahora se hacen los gallitos.
Como aquellos psicóticos que niegan su responsabilidad y hasta se ufanan de esos delitos, hoy sin tapujos y sin vergüenza dejan sin presupuesto a los 40 millones de argentinos.
¿Para esto los votó el pueblo? ¿Para seguir dañando la Democracia y atormentar las partidas del presupuesto para cada provincia y cada pueblo? En el presupuesto (perfectible y discutible seguramente) había aumento para la educación, la salud, la ciencia y la tecnología, para la obra pública, etc.
¿Realmente votaron en contra porque estaban en desacuerdo con las asignaciones de recursos? ¿Votaron en contra porque Máximo Kirchner puso negro sobre blanco transparentando las responsabilidades heredadas del gobierno anterior y los estragos de la pandemia?
No, votaron en contra para hacerle sentir al Frente de Todos que ellos habían sacado más votos en las últimas elecciones. Es decir, nuevamente es más importante la lucha política de “halcones y palomas” para ver quién es más abyecto y desalmado para así liderar las encuestas camino a 2023.
Los lobos no se visten de corderos. Los lobos se pavonean “trumpistamente” haciendo gala de su maldad sin importarles un huevo debatir, dialogar acerca de cómo salimos de las 4 plagas que hoy nos azotan: la terrible deuda externa en moneda extranjera, el 40% de pobreza, la recesión económica, y la salida de una pandemia voraz que diluvió sobre una sociedad ya empapada por el subdesarrollo.
Este gobierno y esta oposición nos deben a los argentinos algo más que un teatro violento en los parlamentos. Este gobierno y esta oposición nacional (pero también los provinciales y municipales) nos deben a los argentinos muchas explicaciones de cómo llegamos nuevamente a una crisis cíclica que como siempre impacta más en los más vulnerados.
Basta de políticos y representantes que anteponen sus luchas partidarias mezquinas y violentas por sobre las ideas para salir adelante. Los ciudadanos de a pie necesitamos que trabajen construyendo consensos y negociaciones que definitivamente nos proyecten a un mejor futuro.
¡Basta de jugar al jueguito del poder cloacal y mortificar al pueblo! ¡Por favor! Volvamos a una racionalidad simple, de sentido común y humano para resolver las cosas. No importa si la idea, la ordenanza, el proyecto de ley o el presupuesto viene del otro lado del arco político, necesitamos racionalidad de frente al pueblo asumiendo cada quien sus aciertos y errores históricos.
No chicanas baratas que siguen lastimando la credibilidad de una Democracia que aún tiene deudas terribles.
Seguimos pensando.