Opinión

Reflexiones en cuarentena

Por Prof. Lucas Bettoli Especialista en Ciencias de la Educación (UNLP). Coordinador académico de la UTN Chivilcoy.
martes, 31 de marzo de 2020 · 09:42

Días de cuarentena. Salvo algunas personas que se corresponden con algunos sectores del Estado o de la producción, o aquellos que ni siquiera pueden pensar en no salir a buscar el día, el resto en cuarentena.

El sector educativo, debe acogerse al aislamiento preventivo, social y obligatorio. Arrancamos entonces con la virtualidad educativa de emergencia, social y obligatoria.

El sólo acostumbrarnos a la tecnología no es fácil. Pensarnos en la pura virtualidad, mucho más difícil. Los contenidos son otros, los métodos son otros, nosotros y los otros, somos otros, somos en pandemia.

Y de golpe empezamos a descubrir que la educación es más que ofrecer contenidos como sea. Empezamos a descubrir lo difícil que es pensar una clase sin la mirada del otro, que los gestos eran muchísimo más que movimientos apenas perceptibles en la inmensidad del aula (por más chiquita que fuera), que en la virtualidad no hay bullicio y que el bullicio era comunicación al fin y al cabo, que la discusión entre los alumnos era parte de la construcción, incluso algún chiste y las risas que descomprimían lo necesario para seguir adelante, todos.

Pero también descubrimos lo obvio… la educación que practicábamos, era posible en tanto existían espacios académicos (artificiales) que nos permitían encontrarnos entre pares (alumnos y docentes), donde el resto, tan simple como la cotidianidad de cada uno, era suspendido en favor del encuentro, del conocimiento, de la creación.

Y de pronto descubrimos que eso no está (hasta que vuelva, claro). Y nos cuesta y les cuesta. No lo sabemos –salvo por experiencias personales en estos días- pero desaparecido el espacio académico que nos dábamos de lunes a viernes, cada uno debe armar el suyo con lo que tiene en su cotidianidad. Y esas cotidianidades ‘borradas’ en el artificio, tan disímiles, ahora están por delante de un armado propio en muchos casos difícil de pensar.

Demos y démonos tiempo, sobre todo a los que recién están arrancando, que apenas llegamos a mostrarles un poquito de todo lo que tenemos para darles. Hasta que pase, hasta que nos volvamos a encontrar y reconocer en un gesto, una queja, una sonrisa, que hacen a la educación que practicamos.

Comentarios

17/6/2020 | 03:36
#164795
Enorme Lucas!