Por Marcelo Elias

Nosotros y los miedos

viernes, 5 de julio de 2019 · 04:59

Es innegable que somos una de las economías más cerradas del mundo.

 Está a la vista, aunque cueste reconocerlo, que muchos sectores de nuestra economía funcional debido a esta característica.

También ha quedado claro, aunque se niegue, que nuestra cerrazón “nos defiende” de las importaciones pero no impide acceder a mercados para nuestros productos, tanto primarios como industriales y a nuestros servicios, donde se destacan los tecnológicos con una potencialidad infinita.

Tenemos ejemplos a la vista sobre la importancia y las ventajas de ampliar nuestros mercados en base a tratados comerciales, el MERCOSUR es el más claro, casi el único.

Hoy, después de 20 años hemos logrado que el Mercosur firme un tratado histórico con la UE,  que nos permitirá integrarnos a un mercado de 800 millones de consumidores, lleno de desafíos y oportunidades.

Es razonable, a pesar de que llevamos 20 años intentándolo, que despierte un debate amplio y profundo, me parece saludable que así sea.

Sin embargo, no parece razonable que ese debate este preñado de oportunismo electoral e impregnado de miedos, de aprensiones que resulten paralizantes.

Hay sectores que  rápidamente mejoraran su posición relativa, son los que ya compiten en los mercados internacionales y con esto se liberaran de aranceles que influyen en sus costos y por lo tanto le restan competitividad.

Un ejemplo de tantos, los vinos  chilenos entran a esos mercados sin aranceles, los nuestros pagándolos, en poco tiempo competirán en igualdad de condiciones.

Hay sectores que se verán “perjudicados” o mejor dicho desafiados ante esta situación, es oportuno destacar que tendrán hasta quince años para adaptarse, obvio que dentro de estos sectores puede haber empresas que deban cerrar.

De la misma manera que hoy cierran muchas por falta de mercados o por problemas de escala.

Las mejoras en nuestros niveles de  competitividad dependerán  de inversiones, reducción de costos impositivos, laborales, financieros y, muy importantes, mejoras en nuestro sistema educativo.

Es un reto para el estado, los empresarios, los sindicatos y otros sectores de la sociedad civil, a generar acuerdos estratégicos, apuntando a crear más riqueza y mejor distribución.

Debemos lograr mínimos acuerdos macro, básicamente alrededor de nuestra relación con el mundo. Tenemos  que profundizar el modelo de los acuerdos sectoriales, trabajar artesanalmente como se viene haciendo con éxito  en algunos sectores, automotriz, petrolero, etc,

No hay una oportunidad, hay muchas oportunidades, en un mundo difícil y desafiante.

Este acuerdo que puede replicarse con otras regiones o países, sin prejuicios, sin miedos permitirá avanzar hacia el desarrollo que tanto necesitamos.

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