Opinión
Caliente, caliente estamos nosotros
Hace unos días, en la reunión de gabinete ampliada en el Centro Cultural Kirchner, todos escuchamos al Sr. Presidente decir que estaba caliente con los que ahora vienen, con recetas mágicas, a querer decirnos como se arregla este quilombo en el que ellos nos metieron.
Y tiene razón en estar caliente, porque los que ahora dicen tener las soluciones fueron los mismos que, durante muchísimos años nos sumergieron en un estancamiento ridículo para un país que tiene todo, mientras nuestros vecinos “pobres” crecían. De ser la envidia del continente pasamos a ser los envidiosos. Y tiene razón en estar caliente porque haciendo lo mismo no podemos esperar resultados diferentes.
Tiene razón señor presidente en estar caliente, pero imagínese como estamos nosotros que tenemos que afrontar facturas de luz y de gas impagable y aumentos de impuestos cada vez más asfixiantes.
Si usted está caliente, que queda para nosotros que tenemos que convivir con una inflación del 50% que ustedes mismos alimentan, día a día, con tasas del 60% y tarifazos interminables.
Piense señor presidente, cómo estamos nosotros que el municipio aumentó 100% los impuestos y si te atrasás un poquito te manda una notificación “prejudicial”
Calcule señor presidente como estamos nosotros que la provincia aumentó las valuaciones fiscales más del 50 % y cuando entrás a Arba a ver cuánto estás debiendo, te muestran el relojito de como aumenta tu deuda, segundo a segundo. Y no te atrases, porque enseguida te embargan las cuentas y te hacen pagar un 20 % más de honorarios a un abogado que no acepta, en contra de la ley, transferencias ni cheques, solo efectivo; pero cuando la provincia te debe, sus deudas no son indexables.
Calientes, lo que se dice calientes, estamos las pymes que por no tener ventas, ni crédito, por estar pasando una de las peores crisis económica de nuestra historia reciente tiene que despedir empleados de muchos años de antigüedad, pagando indemnizaciones exorbitantes, que hacen tambalear al más pintado, cuando no los hacen quebrar.
Caliente estamos los que creímos en un cambio, porque éramos conscientes de que había que aumentar las tarifas y había que reducir los subsidios, pero ustedes aprovecharon y nos aumentaron en la misma proporción los impuestos que nos incluyen en esas mismas facturas.
Caliente estamos nosotros, los ciudadanos de a pie, porque somos los que remamos como locos, mientras la clase política no hizo, no hace, ni hará nunca ningún esfuerzo. Nunca propusieron ni el más mínimo recorte en sus gastos, solo se ponen de acuerdo para aumentar impuestos, nunca para reducir gastos innecesarios y achicar este enorme estado que entre muchos crearon y ustedes vinieron a “cambiar”.
Calientes estamos nosotros, los comerciantes, porque el comercio está virtualmente quebrado, y los muchachos de la AFIP, como si vivieran en Alemania, aumentan los intereses que te cobran cuando te atrasas un poquito, llevándolos a valores que hubieran hecho sonrojar a la mismísima Any.
Caliente estamos todos, porque la educación es un chiste, la salud un calvario, la seguridad una ilusión, la justicia es lenta y no es creíble, porque pagamos más impuestos que en Suecia y nunca alcanza, porque los sueldos siempre van atrás de la inflación, porque la gran mayoría de los argentinos hemos perdido la esperanza de vivir en un país “normal” donde nosotros y nuestros hijos puedan soñar con un futuro mejor.
Por eso señor presidente, por las promesas incumplidas de controlar la inflación y de la pobreza cero, porque los bancos ganan mucho dinero y las industrias pierden y despiden empleados, porque los mismos políticos que nos trajeron hasta acá, agrandando un estado ya inmenso, pagando favores con empleos públicos, acomodando a sus familiares en los infinitos huecos del estado, son los mismos que ahora tienen la solución a todo este descalabro.
Porque hemos naturalizado la corrupción en todos los ámbitos, los piquetes, los paros, la desconfianza en la justicia, la inflación,
Por todo eso, señor presidente, tenemos muchos más motivos que usted para estar calientes, y sin embargo acá estamos, peleándola, hasta que usted, o algún otro, hagan lo que se debe hacer para terminar con tantos y tantos años de decadencia.
F. A. M.