Por Luis María Mariano

¿Memoria o Historia?

lunes, 25 de marzo de 2019 · 00:00

No es la primera vez que toco el tema, pero no me cansaré de señalar que la memoria no puede reemplazar a la historia.

El sábado concurrí al Honorable Concejo Deliberante en mi calidad de Presidente de La Unión Cívica Radical de Chivilcoy y con la finalidad de acompañar a aquellos correligionarios que fueron destituidos por el golpe militar del 24 de marzo de 1976 y al conjunto de los concejales, a darles de algún modo, la aquiescencia en que la pérdida de la república democrática de esos momentos, ha sido fatal para la totalidad de la ciudadanía argentina.

Pero pretendo señalar mi pensamiento como un simple ciudadano que con 19 años en mi haber y hoy, a 43 años de aquél fatídico día, ya era un apasionado de la vida política y seguidor de cada uno de los acontecimientos que diariamente eran noticia.

Estábamos insertos en aquella época, dentro de una argentina violenta, armada y con el consecuente derramamiento de sangre. Lógicamente, con muertos.

Si bien la violencia se anidaba antes que el gobierno peronista derrocado asumiera nuevamente el poder por parte de un delegado directo de Perón, hechos como la “Matanza de Ezeiza”, precipitaron el antagonismo entre facciones de ese partido político como a su vez, la mirada aguda por parte de los militares despojados del poder, para esperar la oportunidad de lanzarse como felinos y recuperar nuevamente ese mismo poder que habían perdido.

A los actores políticos de ese momento, de ninguna manera le importaba ni la República ni la Democracia. Solo la búsqueda como la retención violenta del poder, lo movilizaban.

Contaban con las armas, la disciplina militar y utilizan los métodos del secuestro por dinero, la tortura y la desaparición forzosa de personas. Conocer esto, nos lleva a concluir que nada nuevo incorporó como desvalor republicano, el gobierno militar del 24 de marzo de 1976.

Fue la simple continuación por inercia, de la violencia gestada mucho antes. A 43 años vista, hoy fue recurrente escuchar discursivamente, la necesidad de vivir en democracia como procedimiento para disipar todo aquello que nos separa entre argentinos.

Pero no olvido que en aquél momento, se vivía una situación política similar a la actual, si no fuera por la violencia armada que se ejercía y la violencia parecida que se ejerce hoy, que se muestra impidiendo la gobernabilidad a la que se incluye también a la oposición.

Actualmente a semejanza de aquellos años, son utilizados procedimientos antidemocráticos que no están sustentados en el diálogo fecundo, para lograr un entendimiento y no para imponer por la “fuerza” las ideas.

Nadie es inocente y si nos basamos en la memoria, existirían “los buenos y los malos” pero si acudimos a la historia, nos lleva a ver el entramado de personas que ningún compromiso con la república democrática tenían y si, con la ambición de poder por medio de la fuerza.

Nunca más, ni militares ni terroristas ni tampoco ahora, violentos antidemocráticos.

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