Por Luis Angel Desia
Arbolado público, una depredación previsible
Conocida la articulación técnica entre el Municipio y Edén, esta última empresa concesionaria de la prestación del servicio eléctrico domiciliario realizará un despeje de ramas de la forestación pública que se entrecruzan con el cableado eléctrico aéreo que distribuye la energía, prometiendo respetar la ordenanza de poda vigente, cosa que en la práctica no ocurrirá porque se desgajarán todas aquellas ramas que molesten los cables. Al respecto, es cierto e insalvable apelar a esa drástica medida, pues el arbolado y debido a la desatención de poda correctiva de años, por hoy, está desordenado. Pero también, se debe observar que la Empresa Edén no priorizó la expansión de la red de cables preensamblado como producto del desinterés de inversionar en el mejoramiento del sistema. Ahora y como siempre las plantas son las que pagan las consecuencias. Son políticas involutivas y dañosas de la calidad de vida ambiental, porque a los árboles hay que cuidarlos ya que son sinónimo de una mejor calidad del oxígeno que inhalamos.