Por Hugo Fagnani

Suerte encontrarte de nuevo, querido amigo...

domingo, 29 de abril de 2018 · 00:00

Vos me preguntaste por una anécdota de mi vida y yo me detuve antes de contarla. Porque creí que estando parado donde estás hoy, tan lleno de preocupaciones y de odios y de cosas contadas por otros que te apropiaste y las contás como propias, podría no interesarte.

De todas formas hay una vida detrás de la que te cuentan y es muy rica y brutalmente cierta.

En cuanto a la anécdota: A poco del ingreso a Medicina, por el año ‘73, imagínate el ambiente político, el que no era peronista era marciano o ya había tenido sobredosis de odio de clase contra alguien a quien casualmente, el pueblo amaba junto a su compañera muerta (Evita) y estaba regresando al país.

Nos invitan a una charla que se daba en el salón de actos de la facultad y allí una multitud ensordecedora esperando por escuchar a alguien que estaba parado en la tarima con cuello de sacerdote y camisa celeste que hacían juego con sus ojos gigantes. El tipo tenía el cabello rubio (dato no menor).  

Te juro hermano, cuando habló, desparramó tanto silencio en la sala que pesaba y se sentía. Dijo: Buen día compañeros, quiero hablarles de la relación entre lo social, la Medicina y la iglesia. Mi nombre es Carlos.

"Ufff"… dijo un chico sentado cerca de la tarima. “Otra más del cielo y el infierno”.  Le escuchó. Bajó de la tarima, se le acercó y con todo respeto le preguntó si él no creía en cielo e infierno. No; dijo el chico. ¿Me dejás que te explique? Mirá. Imaginá que Carlitos, de 5 años, vive a metros a la izquierda de la parroquia, casilla de cartón y cualquier cosa. Cuando llueve, el agua cae sobre el colchón y hay pocas cosas tan frías como un colchón mojado, entonces se para en el piso de barro y lleva sus hermanitos bajo un saliente de chapa hasta que pare. Allí es donde su mamá los manda cuando tiene que trabajar de noche con esos hombres que no conoce y como no le gusta lo que escucha se va a la esquina, donde hay docenas de Carlitos y juegan, se divierten, se lastiman y lastiman a otros y cada vez más fuerte es eso porque lo mismo no los excita, hasta que aparece uno grande como nosotros y le da un arma y le dice anda, roba... Carlitos alcoholizado va y mata.

Imagínate ahora, Carlitos está con sus pocos años en un correccional, lo violaron, le pegaron, lo enfermaron. Y él está detrás de barrotes mirando una plaza donde un papá juega con sus niños. Detrás de él, un olor insoportable a ropa húmeda y a mugre.

Decime pibe, ¿dónde está Carlitos?

Y... en el infierno.

Eso es, ahora fíjate esto

Nico, vive a metros de la parroquia pero a la derecha, igual condición. Llega una tía muy gordita de Catamarca y se enoja con la mamá del niño, la increpa por la condición en que vive, ella contesta  "que quiere que haga con trabajar de sirvienta no le alcanza ni para viajar y la comida. Se tiene que ganar unos pesos trabajando de noche como muchas otras chicas. Pelean fiero y la tía le pide llevarse a Nico, mientras el, mira la escena ¡Llévatelo! grita la mamá llorando a gritos y la gordita se lo lleva.

Catamarca, casita obrera tía y tío solos, mesa, sillas, lugar en la mesa, una cama donde no se llueve, calentita, y una gorda afectuosa que lo toca, lo peina, lo baña. Al lado vive Juancito de su edad, con él va a la escuela, el padre de Juan lo besa cada vez que lo ve, la madre hace pasteles y además Juan tiene una hermana hermosa de la edad de Nico. Con ellos crece; escuela y luego trabajo. Noviando con la chica de la casa, su suegro, como corresponde le consiguió un trabajo en la misma fábrica y todos hicieron pieza, cocina y baño atrás para ellos, como saben hacer los pobres.

Ahora imagínate esta escena Nico viene en bicicleta con su suegro, se despiden con un beso y él se dirige a su casita, allí una mujercita dulce, olor a milanesa y un bebé en la cuna. ¿Dónde está Nico?

Y... en el paraíso.

Eso es pibe.... ahora fíjate lo poquito que hace falta para sacar a Carlitos del  infierno, tías gordas no hay para todos, la tía es el estado y no cualquiera, un estado peronista, el único que piensa en Carlitos. Hagamos más Peronismo, impongamos la justicia social y rescatemos del infierno a los que están al lado nuestro. Después hablamos de la iglesia.

Quien hablaba era el Padre Carlos Mujica, que murió  el 11 de mayo de 1974 fusilado por la Triple A.

La otra anécdota que quiero contarte es sobre Tonio, amigo de papá, vecino de la Plaza Moreno, fallecido hace años. Contaba Tonio, que siendo cabo de las fuerzas de Mussolini, en Italia, durante la guerra, se encontraron que un pueblo hacía una especie de sublevación contra la tiranía que ya se caía. Un teniente joven, ordena a la tropa que se apresten a reprimir; cuando la gente del pueblo avanza, da la orden de preparar armas. Tonio escuchaba el rumor entre los soldados cada vez más fuerte. Cuando ve que el teniente toma aire para dar la última orden, él se acerca y le dice por lo bajo... Sr. Teniente, con todo respeto, mire hacia atrás y salga caminando, que nadie hará nada, si Ud. ordena que disparen contra su pueblo, lo van a fusilar a Ud. Ningún soldado italiano va a disparar contra su gente. Vaya y recuerde que este pueblo le perdonó la vida.

Lágrimas entre los soldados, armas al suelo y abrazo con la gente.

Te animás a unir las dos anécdotas. Dale, que después la seguimos.

Ah...  Suelo contarle a la gente estas historias reales cuando hablamos del porqué de la pobreza y de la ignorancia. Donde nos ponen tanta mentira sobre el otro y su diferencia con el que me dice (en general) que "yo sí que me rompí" o "gracias a mi esfuerzo..." o temas como la inseguridad y la represión de la protesta social cuando el vecino se queda sin trabajo, sin dignidad y sin comer o cuando le ofrecen un sueldo miserable y le aplastan la autoestima (significando esto, vos no valés nada más que esta porquería).

Abrazo.

    

Hugo Fagnani

 

Comentarios

4/5/2018 | 09:18
#164792
Estimado Dr. Como le comente en la otra nota y con todo respeto, disculpeme por pensar diferente. Estas anécdotas son muy lindas, muy conmovedoras, pero lamentablemente tenemos diferentes miradas de la realidad social. La tia gorda (el estado) no tiene que regalar nada para estar en el paraiso. La gente se debe educar y tiene que trabajar. Le comento un país como China o Japon salieron de sus crisis mayores a la Argentina con gente TRABAJANDO, hoy son grandes potencias. Sigo creyendo que esta equivocado, con todo respeto, ni en china ni en japon hay peronistas, ni justicia social, el que no trabaja no come no se educa ni progresa. Atte un saludo afectuoso
2/5/2018 | 09:20
#164791
Lo felicito Dr. Comparto su punto de vista sobre la realidad social.
2/5/2018 | 09:19
#164790
Lo felicito Dr. Comparto su punto de vista sobre la realidad social.
30/4/2018 | 21:01
#164789
¡¡¡¡¡¡Grande Hugo!!!!!!! Como siempre. quien quiera oir que oiga