Basta de estrellas de rock

Esta columna de fin de año está dirigida a nuestro lado belicoso.

- ¿Qué? ¿Qué cosa?

Que estas palabras de hoy van a reflexionar sobre esa parte oscura y urticante de nuestra naturaleza humana…

- ¿Pero acaso ya estás en pedo a esta hora del día?

Puede ser, jejeje, pero por lo pronto, insisto con la idea. Hoy voy a decirle a cada uno de los lectores que la Democracia, finalmente, es una suma matemática de visiones de futuro. ¿Te acordás que hace tres meses tuvimos elecciones de medio término? ¿Te acordás que dijimos hasta el cansancio que “la unión hace la fuerza” y que debíamos abroquelarnos detrás de un mismo espacio político para ganarle la pulseada a la derecha infame de enfrente?

Bueno, si vamos a confiar en este sistema democrático (a veces tan manipulable por poderes no elegidos por el pueblo como la justicia y la prensa) entonces entendamos que si los ciudadanos del amplio campo nacional y popular no nos reunimos bajo unas diez consignas de consenso, la derecha va a triunfar como primera minoría siempre.

Sumados todos los partidos de la oposición juntamos el 60% de los votos, somos muchos más que los 40 restantes. Por ejemplo, creemos que la jubilación no es un privilegio para el final marchito de la vida, sino un derecho humano a compartir ocio, creación y recreación de la cultura, viajar y disfrutar de la familia ¿estás de acuerdo con este mandamiento, no? Ok, entonces estás de este lado.

La industria nacional es el motor del trabajo calificado y el incentivo para que los jóvenes quieran estudiar carreras superiores. La industria nacional es un complejo productivo que nos mantiene innovando, creando y no dependiendo de productos importados que generan trabajo en otros países… ¿estás de acuerdo con este otro valor? Ok, entonces seguimos estando juntos.

La inversión en educación, ciencia y tecnología es clave en un país que quiere promover desarrollo en sus ciudadanos. Si queremos progresar y mejorar nuestras convivencias, debemos estudiar mucho y la mayor cantidad de gente posible, de modo de alejarnos de la pobreza y la dependencia de otros países que genera ignorancia endémica ¿apoyás esta idea?

¿Y el juicio y castigo a los genocidas del proceso? ¿Y que la policía no le pegue a los inocentes que manifiestan pacíficamente? ¿Y cuidar a nuestros pueblos originarios para que tengan en paz sus tierras para vivir según sus tradiciones?

Son unos diez valores fundamentales. No tenemos que ser “familia” ni besarnos en la boca. Me puedo sentar a conversar con Florencio, Massa, Caamaño y tantos otros, pero sin pedirle a ese vínculo la intimidad que le pido a mi compañera. El poder fáctico (en contra del poder de la representatividad popular) de los grupos económicos nacionales o extranjeros, compra jueces y compra medios de comunicación para dinamitar las cohesiones populares. Permanentemente tratan de inventar “estrellas de rock” en cada bloque opositor para sembrar la discordia y promover la ilusión de que esos personajes pueden tener vuelo propio. Y ahí está la división. Cuando nacieron los De Narváez, los Florencio, los Massa y tantos otros, simplemente fueron arlequines de un poder que logró con holgura su cometido.

Ahora, con un gobierno que vino a saquear con la bicicleta financiera y generar la enorme deuda externa que se formó en dos años, ya el lobo está disfrutando sus aves de corral. Ya nos empomaron eliminando nuestra capacidad de ahorro, nuestros consumos cotidianos y nuestras vacaciones. Ya tocaron nuestras jubilaciones y nos endeudaron por 100 años. Arancel cero para la incipiente industria tecnológica y libertad para fugar dólares al extranjero.

El 60% intuimos esta traición desde antes que ganara Macri, pero no actuamos con espíritu de grupo. Caímos, pueblo y “estrellas de rock”, en el juego de creer que votar distinto no tendría consecuencias generales.

Finalmente, la analogía de nuestra especie humana con las hormigas es asombrosa. Si vamos juntos somos invencibles, si nos separamos, somos carne de cualquier bobo hormiguero.

El año que viene va a ser peor, lo sabemos, pero no vamos a dejar de luchar por nuestros valores de patria.

Seguimos resistiendo.-