Por: Marcos C. Isla Burcez

Movilizaciones pacíficas en Chivilcoy

jueves, 21 de diciembre de 2017 · 00:00

No era una imagen muy habitual que agrupaciones políticas, sociales, culturales y vecinos se movilicen juntas por una causa común, como las que ocurren desde la desaparición y posterior hallazgo sin vida de Santiago Maldonado; el pasado jueves y el lunes, en rechazo a la reforma jubilatoria que se aprobó en la madrugada de ayer y contra la represión policial.

Consideramos que ni las marchas contra los tarifazos a mediados del año pasado, han tenido tanta convocatoria como las últimas, seguramente por la reacción de la clase media argentina en el marco de determinadas políticas económicas, como ocurrió previo al estallido social de 2001.

Bajo las consignas de “unidad de los Trabajadores” y “con los abuelos, no” y “contra la represión”, una inusual cantidad de personas, identificados con sus espacios, se unieron en un solo grito, en una ciudad como la nuestra que no se caracteriza demasiado por su capacidad de movilización política.

Espacios que, si bien se encauzan en el concepto de “campo popular”, también se diferencian entre sí sobre determinadas visiones de la realidad, de cómo luchar contra el neoliberalismo, que con tanto impulso se encuentra por estos tiempos en América Latina.

Es insoslayable también el caso de los vecinos que se movilizan legítimamente por la calidad del agua, en contra de la empresa ABSA. Si bien aún no alcanzó la adhesión de ciudades como Nueve de Julio o Carlos Casares, han logrado concitar la atención de muchos habitantes de la ciudad, debido a que se trata de un tema de salud pública.

Finalmente, la capacidad de organización y movilización parece haber llegado a Chivilcoy. Y lo más saludable, es que es de manera pacífica, destacada por el propio secretario de Seguridad del municipio, Carlos Perillo, hace unos días.

Se evalúa que, en un contexto de fuerte avance de la derecha neoliberal, los pueblos van a salir a la calle más seguido, de manera pacífica, para contraponerse a estas medidas cada vez más virulentas hacia los trabajadores. Y es importante el hecho que sean en paz porque, como la historia de nuestros pueblos nos enseña, la violencia es la principal arma de los antidemocráticos para deslegitimar la protesta social.

 

 

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