La 51 una postal del abandono
Transportistas en alerta por el deterioro de rutas
La Federación Argentina de Entidades del Autotransporte de Cargas advirtió sobre una “emergencia nacional vial”. La traza entre Chivilcoy y el noroeste bonaerense, repleta de baches, banquinas colapsadas y señalización inexistente.En medio de un contexto de parálisis casi total de la obra pública nacional, el mal estado de las rutas argentinas ha dejado de ser una preocupación sectorial para convertirse en una alarma general. La voz de alerta más reciente la dio la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC), que nuclea a más de 40 cámaras del país y reclama “medidas paliativas urgentes” ante lo que describen como una “emergencia nacional vial”.
Pero más allá del diagnóstico general, hay trazas específicas que evidencian de forma dramática ese colapso. La Ruta Provincial 51, especialmente en su tramo comprendido cercano a Chivilcoy es una de ellas. A lo largo de unos 100 kilómetros, la ruta alterna baches profundos con sectores de asfalto ondulado, banquinas erosionadas por el agua o directamente inexistentes, falta de pintura vial y una señalización que, en muchos tramos, simplemente ha desaparecido.
Camioneros que transitan regularmente la zona relatan que los desvíos improvisados por banquinas se han convertido en rutina para evitar pozos que pueden provocar roturas de neumáticos, tren delantero o incluso accidentes mayores. “Ya sabemos que cuando pasamos por la 51 entre Chivilcoy y Arrecifes tenemos que bajar la velocidad como si estuviéramos cruzando una cantera. No es solo incómodo: es peligroso”.
En su comunicado, FADEEAC remarcó que “la situación se ha vuelto verdaderamente crítica” y que el deterioro de la red vial no solo impacta en los costos logísticos, sino que pone vidas en riesgo. “Hoy estamos frente a una emergencia nacional, y eso se traduce en el aumento de incidentes viales, en muchos casos con pérdidas de vidas”, señaló Cristian Sanz, presidente de la entidad.
El deterioro de la Ruta 51 no es nuevo. En el tramo norte de la provincia de Buenos Aires, que conecta centros agrícolas clave como Chivilcoy, 9 de Julio, Arrecifes hacia Rosario, el flujo de camiones cargados con granos, fertilizantes, agroquímicos o insumos industriales es constante. Y la infraestructura, afirman desde el sector, ya no soporta ese tránsito.
Según datos relevados por FADEEAC en los últimos cuatro años, se han documentado más de 22.000 kilómetros de rutas en mal estado, con geolocalización, fotos y videos que fueron entregados a autoridades provinciales y nacionales. La respuesta oficial, sin embargo, ha sido el silencio. “Recibimos reportes diarios de rutas llenas de cráteres, sin señalización, con banquinas deterioradas y puentes al borde del colapso”, advirtió la entidad.
La Federación señaló además que el transporte de cargas es el principal consumidor de gasoil del país, con un 45% del total de consumo. Esos 6 mil millones de litros anuales generan más de 850 mil millones de pesos por año en concepto de Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL). Por ley, ese dinero debería financiar el Sistema Vial Integrado (SISVIAL), creado justamente para sostener y mejorar las rutas. Sin embargo, el esquema no está funcionando.
A la falta de inversión, se suma la incertidumbre en torno al anuncio oficial de una Red Federal de Concesiones (RFC), que busca licitar 9.100 km de rutas nacionales. Para FADEEAC, ese proyecto implica plazos burocráticos largos y no ofrece una solución inmediata a la crisis. “Necesitamos obras ya”, enfatizó Sanz.
Mientras tanto, en el llano, la Ruta 51 –y en particular su tramo chivilcoyano– sigue siendo testigo de cómo se deshilacha el entramado vial del país. Agricultores, transportistas, docentes rurales, vecinos de los parajes y localidades atravesadas por esta traza histórica comparten la misma rutina de esquivar baches y transitar con miedo. “Lo único que avanza acá es el deterioro”, resume un vecino.